"Chufa" Giner no sólo se caracterizó por ser un defensor sólido dentro del terreno de juego sino también como un auténtico bromista fuera del césped.
La temporada 1982-83 fue un momento crucial para el Valencia Club de Fútbol. En ese año, el equipo vivió uno de sus mayores milagros al salvarse del descenso en la última jornada. En medio de este contexto, un joven de 18 años, formado en la cantera del Mestalla, tuvo la oportunidad de debutar con el primer equipo: Fernando Giner.
El 5 de diciembre de 1982, el entrenador Miljan Miljanic le dio la oportunidad a Giner en un partido de liga contra el Salamanca. Aunque su debut fue breve, jugando solo un cuarto de hora en sustitución de Ángel Castellanos, marcó el inicio de su carrera. Sin embargo, durante esa temporada y la siguiente, su presencia en el primer equipo fue testimonial, participando en amistosos y solo un choque de la Copa del Rey.
Fue la temporada del descenso la que realmente consolidó a Giner en la retaguardia valencianista. El Valencia enfrentaba dificultades económicas, pero confió en su cantera, que en aquellos tiempos producía defensas centrales. Giner, apodado “El Chufa” debido a su origen en Alboraya, se convirtió en un símbolo del valencianismo durante diez años. Su coraje y su peculiar manera de entender el fútbol, siempre como una batalla, lo hicieron destacar junto a compañeros como Voro o Camarasa.
Giner no solo era un defensor sólido, sino también un bromista en el equipo. Durante su tiempo en el club, sus gamberradas suaves y divertidas se han convertido en parte de la historia. Aunque no era un improvisador, sus bromas estaban perfectamente calculadas para alegrar al equipo y fomentar el compañerismo.