Tintín en el bar del Westin

La temporada 2007-2008 del Valencia CF estuvo marcada por una serie de acontecimientos que generaron una gran controversia y agitación tanto dentro como fuera del terreno de juego. Todo comenzó con la destitución de Quique Sánchez Flores como entrenador del equipo a principios de octubre de 2007, a pesar de que el Valencia se encontraba en una posición respetable en la tabla de la Liga española y había avanzado a la fase de grupos de la Liga de Campeones. Esta decisión abrupta fue tomada por Juan Soler, presidente del club en ese momento, después de un verano lleno de tensiones y conflictos entre el entrenador y la directiva.

La llegada de Ronald Koeman, un entrenador holandés con un historial exitoso en clubes como el Ajax, el Benfica y el PSV Eindhoven, trajo consigo una nueva dinámica al equipo. Sin embargo, las decisiones iniciales de Koeman generaron una gran controversia y descontento entre los jugadores y la afición. Una de sus primeras acciones fue apartar del equipo a jugadores emblemáticos como David Albelda, Santiago Cañizares y Miguel Ángel Angulo, lo que desencadenó tensiones en el vestuario y una división evidente entre el entrenador y gran parte del equipo.

A medida que avanzaba la temporada, el Valencia experimentó dificultades tanto en la Liga como en la Liga de Campeones. A pesar de un comienzo prometedor en la competición europea, el equipo no logró avanzar más allá de la fase de grupos, sumando solo 5 puntos en un grupo que incluía al Chelsea, Schalke 04 y Rosenborg. En la Liga, el Valencia luchaba por mantenerse en los puestos de clasificación para competiciones europeas, mientras que en la Copa del Rey logró avanzar a la final, eliminando a equipos de renombre en el camino como el Betis, el Atlético de Madrid y el Barcelona.

La relación entre Koeman y los jugadores se deterioró rápidamente, con informes de tensiones y disputas en el vestuario. Koeman y su equipo técnico, compuesto por Tony Slot y José Mari Vaquero, optaron por un estilo de vida nocturna en el lujoso Hotel Westin, ubicado cerca del estadio de Mestalla. Esta elección de estilo de vida provocó críticas y cuestionamientos sobre el enfoque profesional del equipo técnico, especialmente en un momento en el que el Valencia enfrentaba serias dificultades en la liga nacional.

A pesar de las tensiones internas, el Valencia logró avanzar a la final de la Copa del Rey, donde se enfrentó al Getafe. En un partido lleno de emoción y drama, el Valencia logró alzarse con la victoria por 3-1 y asegurar el título de la Copa del Rey. Sin embargo, esta victoria fue efímera ya que el equipo continuó luchando en la liga y enfrentó una posible amenaza de descenso.

La tensión llegó a un punto crítico cuando el Valencia sufrió una serie de derrotas en la liga, lo que llevó al despido de Koeman como entrenador. Su salida del club dejó una atmósfera de amargura y descontento, con el entrenador pronosticando que el Valencia no volvería a ganar ningún título en el futuro. Sin embargo, este pronóstico se demostró incorrecto en 2019 cuando el Valencia ganó la Copa del Rey contra el Barcelona, rompiendo así la supuesta maldición de Koeman sobre el club.

La temporada 2007-2008 del Valencia CF dejó una marca indeleble en la historia del club, marcada por conflictos internos, tensiones entre el entrenador y los jugadores, y una lucha por mantenerse competitivo en la Liga española. A pesar de los desafíos y dificultades enfrentados, el equipo logró superar las adversidades y continuar adelante, dejando atrás una temporada tumultuosa pero memorable en la historia del club.