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'2 Broke Girls', cancelada

Cuando la liberación sexual inundó el prime time

Ha sido retirada después de seis temporadas, pero 2 Broke Girls logró aguantar en horario de máxima audiencia entre cupcakes azucarados y bromas de sexo duro

VALÈNCIA. Que 2 Broke Girls se emitiera en el prime time de la cadena americana CBS venía a ser como montar una fiesta de tupper sex en un jardín de infancia. Aderezada, eso sí, con humor y cupcakes. La serie de Michael Patrick King y Whitney Cummings nos mostró una relación adorable entre dos camareras que vivían juntas y que trabajaban en uno de los peores restaurantes de Nueva York, pero que seguían adelante decididas a cumplir su sueño de tener su propia tienda de pastelitos con determinación, amistad y mucho humor sexual. Tras seis temporadas, ha llegado su cancelación.

La serie presentó a las chicas peor habladas de la televisión entre bandejas de sándwiches y faldas cortas. Una comedia de situación tradicional con un tono mucho más atrevido, chistes sexuales, bromas sucias y un “pene” cada dos frases. Durante varias temporadas, Kat Dennings y Beth Bers dieron vida a Max y Caroline, a su deprimente presente, a su esperanzador futuro lleno de magdalenas de colores y a su boca sucia con mucha dosis de girl power en la que no había tiempo para salseo con hombres, al menos en la historia principal. Porque 2 Broke Girls era una serie repleta de chistes malos, punch lines de monotonía sexual, frases en lata que aguantaban en repeat varios episodios, pero también alejada de las convenciones clásicas del papel de una mujer en una sitcom. Max y Caroline eran independientes, mal habladas, disfrutaban de una libertad sexual enormemente plena como para encajar en un prime time y los líos amorosos (por fin) no eran el eje de central de cada historia. La versión yonki de Sexo en Nueva York.

Campo de nabos en máxima audiencia

 “¿Cómo de lejos puedes ir en una primera cita?” “¿Anal?” Era una de las muchas conversaciones del estilo que se paseaban en horarios de máxima audiencia de la mano de nuestras camareras favoritas. Desde constantes menciones a la masturbación en cualquier diálogo, hasta rebosante humor negro basado en familiares drogadictos o violadores, 2 Broke Girls se las apañó para permanecer en horario infantil como un ninja de la programación, camuflada bajo la apariencia de una sitcom entrañable de dos jovencitas que trabajan en un bar para ganarse la vida. Claro, se hizo bastantes enemigos entre la audiencia con hijos, que miraban asombrados cómo a Max se le caía un bote de soda de debajo de la falda o las constantes bromas relacionadas con los órganos sexuales masculinos y femeninos, ya casi dos protagonistas más de la serie. Entre todo este panorama sexual, seguramente la escena de Max abriendo el periódico mientras proclama: “quiero mirar mi horóscopo a ver si seguiré siendo una puta en el futuro” sea la que más se consigue acercar a la calificación de “para todos los públicos”.

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