La anemia afecta a un cuarto de la población mundial y ha mostrado un aumento significativo en las últimas tres décadas, especialmente en África subsahariana y Asia Meridional. Aunque la tendencia global apunta a formas menos graves de anemia, las mujeres y los niños siguen siendo los más afectados, con un 31,2% de mujeres y un 17,5% de hombres padeciendo esta condición, principalmente debido a la deficiencia de hierro en la dieta.
La anemia es una condición clínica y analítica caracterizada por una disminución en la cantidad de glóbulos rojos y hemoglobina en la sangre. La hemoglobina, que contiene hierro, transporta oxígeno desde los pulmones a otros órganos. Cuando hay anemia, los tejidos no reciben suficiente oxígeno, lo que puede causar cansancio, debilidad y mareos, entre otros síntomas.
La prevalencia de la anemia ha aumentado debido a la falta de atención a esta condición, especialmente en mujeres gestantes y en edad fértil. En países con menor nivel socioeconómico, la nutrición inadecuada y las infecciones contribuyen significativamente a la deficiencia de hierro. La ingesta insuficiente de hierro es una causa común, pero también lo son las pérdidas de sangre, especialmente en mujeres debido a la menstruación y situaciones fisiológicas como la gestación.
Es crucial que desde la adolescencia se controle cómo son las pérdidas de sangre durante la menstruación, ya que muchas mujeres adolescentes tienen deficiencia de hierro que arrastran a lo largo de sus vidas. Diagnosticar la anemia por falta de hierro es relativamente sencillo con una analítica de sangre, evaluando las células sanguíneas y los niveles de hierro y ferritina.
La nutrición juega un papel fundamental en la prevención y tratamiento de la anemia. En algunos países, la mala nutrición y la ingesta insuficiente de productos ricos en hierro son factores clave. También hay situaciones en las que el hierro no se absorbe bien, como en la enfermedad celíaca, que es cada vez más común. Durante la adolescencia y la gestación, el cuerpo requiere más hierro, por lo que es crucial mantener una dieta adecuada y, en caso necesario, suplementar con hierro.
En el caso de los niños, la anemia puede afectar su desarrollo cerebral y cognitivo, por lo que es esencial un tratamiento y manejo temprano. En países con alta prevalencia de anemia, es importante una profilaxis adecuada contra las infecciones que también pueden causar anemia.
En mujeres embarazadas, cerca del 90% sufre de anemia, lo que requiere un control riguroso antes y durante el embarazo. Es fundamental realizar estudios de los parámetros relacionados con la anemia ferropénica y, si es necesario, administrar suplementos de hierro. En casos más graves, el hierro puede ser administrado por vía intravenosa para aumentar rápidamente los niveles.
Para combatir la anemia a nivel global, es esencial implementar programas de cribado completos que incluyan estudios detallados de los niveles de hierro. Además, es importante promover una alimentación adecuada rica en nutrientes esenciales y asegurar que los tratamientos necesarios, como los suplementos de hierro, sean accesibles y asequibles. La anemia por falta de hierro es fácil de diagnosticar y tratar, por lo que es inaceptable que siga afectando a tantas personas en el mundo.
Hablamos con Pilar Llamas, Jefa del servicio de hematología y hemoterapia del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.