La relación entre la salud mental y la alimentación es bidireccional: nuestro bienestar emocional, psicológico y social influye en cómo pensamos, sentimos y nos relacionamos, al igual que la forma en que seleccionamos, cocinamos y consumimos alimentos impacta en nuestro organismo. En este sentido, surge la pregunta sobre la conexión entre la salud mental y la microbiota intestinal. ¿Cómo influyen uno sobre el otro? Esta cuestión se explora en un estudio llevado a cabo por la Universidad Autónoma de Barcelona y el Instituto de Investigación Biomédica de Girona, que analiza la relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y los problemas psicosociales en adolescentes.
El estudio se realizó mediante entrevistas a alrededor de 500 estudiantes de diferentes regiones de Cataluña, evaluando su consumo de frutas, verduras y actividad física, así como síntomas de salud mental a través de un cuestionario estándar. Los resultados revelaron un aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados en España en las últimas décadas, especialmente entre los jóvenes.
Los alimentos ultraprocesados se caracterizan por su alto contenido de sal y azúcar, y son aquellos que nuestras abuelas difícilmente reconocerían como naturales. Entre los adolescentes encuestados, se observó un consumo significativo de carne procesada, salsas y yogures con sabores artificiales.
Los hallazgos del estudio señalan una asociación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y síntomas de depresión en los adolescentes, lo que plantea interrogantes sobre cómo una mala alimentación puede afectar el estado de ánimo, la ansiedad y la atención.
Desde el punto de vista químico, se están explorando las interacciones entre la alimentación y el desarrollo cerebral en adolescentes. Además, se ha observado una relación negativa entre el consumo de alimentos ultraprocesados y la ingesta de frutas y verduras frescas, así como con la actividad física. Esto sugiere que una dieta poco saludable y la falta de ejercicio pueden contribuir a problemas de salud mental en los jóvenes.
El mensaje principal del estudio es la importancia de adoptar un estilo de vida saludable durante la adolescencia, que incluya una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, así como la práctica regular de actividad física. Limitar el consumo de alimentos ultraprocesados es fundamental para mantener la salud mental y prevenir síntomas como la depresión.
Sin embargo, el contexto económico actual puede dificultar el acceso a alimentos saludables, que a menudo son más caros. Esto, junto con la conveniencia y el marketing dirigido a los jóvenes, contribuye al aumento del consumo de alimentos ultraprocesados.
¿Pero qué relación existe entre salud mental y microbiota?. ¿Por qué una cosa influye en la otra? Preguntamos por ello a Pietro Tonini, autor del estudio que relaciona el consumo de alimentos y bebidas ultraprocesadas con problemas psicosociales asociados a la salud mental en adolescentes.