La prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS) en España está fallando, y los más jóvenes son los que más sufren las consecuencias. Un estudio realizado por investigadores del Hospital de Basurto en Bilbao, referente para estas dolencias en Bizkaia, revela que los adolescentes de 14 a 18 años presentan elevadas prevalencias de Infecciones de Transmisión Sexual, especialmente las mujeres. Además, usan menos el preservativo que los adultos y acuden con menor frecuencia a los servicios sanitarios.
El Misterio de Sanidad ha presentado recientemente su nueva campaña para prevenir precisamente las infecciones de transmisión sexual en jóvenes. Bajo el título 'Yo soy del sexo seguro', la campaña apela al autocuidado y la responsabilidad individual en la salud sexual de los más jóvenes, con el objetivo de conseguir que en 2030 el VIH y las ITS dejen de ser un problema de salud pública.
Hablamos con la doctora Joana de Miguel, especialista en la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital de Basurto y con Jordi Casabona, epidemiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.
"Los adolescentes presentan una mayor prevalencia de infecciones de transmisión sexual entre los pacientes que vienen a nuestra unidad," destacó la doctora de Miguel. El estudio se centró específicamente en las ITS bacterianas, incluyendo la gonorrea, la clamidia y la sífilis. Según los datos recopilados, la infección por gonorrea afecta al 15.5% de los adolescentes, en comparación con el 10% en adultos mayores de 19 años. Asimismo, la clamidia tiene una prevalencia del 25% entre los adolescentes, frente al 14.2% en los mayores de 19 años.
En contraste, la sífilis infecciosa es más común en adultos mayores de 19 años, con un 3.3% frente al 2% en adolescentes. Sin embargo, al analizar los datos por sexo, se encontró que las adolescentes mujeres tienen una mayor prevalencia de estas infecciones. "Las mujeres adolescentes son las que presentan mayores prevalencias de infecciones de gonorrea y clamidia," añadió la doctora.
El estudio también subraya la importancia de la educación sexual y la necesidad de programas educativos inclusivos en las escuelas. "Es necesaria una educación sexual y desarrollar programas educativos sexuales integrales e inclusivos," afirmó la doctora de Miguel. La falta de información y el estigma social asociado a las ITS son barreras significativas que impiden a los jóvenes buscar ayuda y tratamiento a tiempo.
Uno de los factores que contribuyen a la alta prevalencia de ITS entre los adolescentes es la reticencia a buscar atención médica debido al estigma y la vergüenza. Este estigma, combinado con el miedo a la falta de confidencialidad, puede llevar a que los adolescentes eviten las consultas médicas, exacerbando la propagación de las infecciones.
Otro aspecto crítico señalado en el estudio es la necesidad de que los jóvenes conozcan y tengan acceso a recursos de salud especializados. La accesibilidad a estos recursos puede marcar una diferencia significativa en la prevención y el tratamiento de ITS.
El estudio del Hospital de Basurto pone de manifiesto una realidad preocupante: la alta prevalencia de ITS entre los adolescentes. Las conclusiones indican la necesidad urgente de mejorar la educación sexual, garantizar la confidencialidad en las consultas médicas y facilitar el acceso a recursos de salud especializados.
El epidemiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica Jordi Casabona explica que las causas de este aumento son múltiples y reflejan cambios sociales profundos. "Las ITS son la patología que mejor refleja los cambios sociales que ocurren en la sociedad", comentó. Según el experto, estos cambios incluyen una mayor liberalización de las relaciones sexuales, el uso de redes sociales que facilitan encuentros con desconocidos y una disminución en el uso del preservativo.
"La moral hegemónica sobre el tipo de relaciones sexuales ha cambiado", indicó Casabona, señalando que las relaciones entre hombres que tienen sexo con hombres y las múltiples parejas sexuales son ahora más comunes. Este cambio en las prácticas sexuales, junto con la facilidad de contacto proporcionada por las redes sociales, ha tenido un impacto considerable en la incidencia de infecciones.
Un factor crucial en este fenómeno es el desprestigio del uso del preservativo. Casabona recordó que, con la aparición del SIDA, el preservativo se promovió ampliamente debido al miedo a una infección grave. Sin embargo, en los últimos años, esta práctica ha disminuido, en parte debido a la anticoncepción de emergencia y a la profilaxis preexposición (PrEP) para prevenir el VIH.
Para Casabona, uno de los desafíos clave en España es desmoralizar y desestigmatizar las relaciones sexuales y las enfermedades asociadas. "Tenemos la obligación de facilitar al máximo información y mecanismos para que los jóvenes valoren también la seguridad en sus relaciones sexuales", afirmó.
Enfatizó la importancia de hablar abiertamente sobre estos temas con padres, profesionales de la salud y en las escuelas, sin moralizar ni estigmatizar. "Aceptar que en el siglo XXI las cosas son como son y proporcionar información y herramientas es crucial para promover una salud sexual sana, informada y segura", concluyó Casabona.
El aumento de las ETS entre los jóvenes es un reflejo de cambios sociales y comportamientos sexuales más liberales. La disminución del uso del preservativo y la falta de educación sexual adecuada son factores que contribuyen a este problema. Es esencial abordar esta situación mediante campañas de prevención, educación y servicios accesibles para los jóvenes, promoviendo una actitud abierta y libre de estigmas hacia la salud sexual.