43 años han pasado desde que se legalizó el divorcio en España. El 7 de julio de 1981 el BOE publicaba la Ley conocida como 'la Fermina' que permitía la disolución del matrimonio. Por fin muchas parejas que eran infelices en su relación, o que ya ni siquiera la tenían, podían separarse legalmente y en igualdad de condiciones.
Para algunas personas es una liberación, para otras un trauma... Sin embargo, lo que no hay lugar a dudas es que la legalización fue un hito histórico.
La Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios publicada por el INE muestra una tendencia a la baja de los divorcios durante los últimos dos años tras el incremento registrado durante la pandemia. Bajan un 5,3% los divorcios y separaciones en España: 80.065 en 2023, la mayoría tras más de 16 años de matrimonio.
En 2023, por primera vez, los casos de custodia compartida superaron a aquellos en los que la custodia se otorgó a la madre.
Esta tendencia marca un descenso significativo en comparación con años anteriores, lo que plantea la pregunta sobre las causas detrás de este cambio en el panorama familiar del país.
Hablamos con Óscar Martínez, tesorero de la Asociación Española de Abogados de Familia. El abogado atribuye en gran medida esta reducción a varios factores interrelacionados, siendo uno de los más destacados el impacto de la pandemia de COVID-19. Durante el año 2020, las medidas de confinamiento y la paralización de la actividad judicial llevaron a una pausa en los procedimientos de separación y divorcio. Sin embargo, con la reanudación de la actividad económica y judicial en los años siguientes, hubo un incremento notable en las solicitudes de divorcio, alcanzando su punto máximo en los años 2021 y 2022. Este repunte podría haber culminado en una estabilización en 2023, reflejando una recuperación post pandemia en las dinámicas familiares.
Otro factor crucial señalado por Martínez es la situación económica, particularmente relacionada con el acceso a la vivienda. La dificultad para establecer nuevos hogares debido a los altos costos de los alquileres y la adquisición de viviendas puede haber disuadido a muchas parejas de iniciar procedimientos de divorcio, optando por una cohabitación continuada.
La mayoría de los divorcios se concentran en parejas que llevan más de 16 años casadas y están en la franja de edad entre los 40 y 49 años. Este fenómeno, explica, está frecuentemente asociado a la llegada de hijos, que altera significativamente las dinámicas familiares y aumenta las tensiones en la pareja.
Una tendencia significativa que ha emergido en los últimos años es el aumento en las custodias compartidas. Atribuye este cambio tanto a desarrollos normativos como a transformaciones sociológicas. Legalmente, el Tribunal Supremo ha favorecido la custodia compartida como régimen deseable en muchas circunstancias, mientras que socialmente, ha habido una mayor participación de los padres en la crianza de los hijos, reflejando una evolución hacia una coparentalidad más equitativa.
En términos de resolución de conflictos, Martínez destaca que muchos divorcios en la actualidad se gestionan de manera más amistosa y consensuada, con más del 80% de los casos resueltos de mutuo acuerdo. Este cambio, atribuye, se debe a una mayor disposición de las partes a negociar y encontrar soluciones que beneficien a ambas partes, especialmente en cuestiones cruciales como la custodia de los hijos y la división de bienes.