VALÈNCIA. Llanos Massó (Albacete, 1966) es actualmente la segunda autoridad de la Comunitat Valenciana como presidenta de Les Corts. Tras la ruptura del pacto con el PP en la Generalitat por parte de Vox, se mantiene como el gran referente público de la formación en el territorio. La dirigente cierra filas con Santiago Abascal, muestra un apoyo sin fisuras y niega que ella manifestara su desacuerdo en la ejecutiva nacional. Además.
-A usted se la considera una persona muy de partido. ¿Cómo está viviendo estos días tras la ruptura con el PP?
-Como bien sabe, yo estoy en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN). Por tanto, cuando se tomó esa decisión yo estaba allí. Yo compartí la decisión de todo el CEN porque creíamos que había llegado el momento de dar el paso. Estábamos moderadamente contentos de cómo estaban funcionando los gobiernos. De hecho, allí donde estaba Vox se estaban consiguiendo cosas que no se estaban consiguiendo donde tiene mayoría el PP. Aquí hemos conseguido una ley de libertad lingüística que en Galicia, con la mayoría absoluta del PP, no existe; o hemos conseguido una ley de Concordia que en Andalucía, con mayoría absoluta del PP, tampoco existe. Pero hay límites que no se pueden sobrepasar.
Una de nuestras líneas es el tema de la inmigración ilegal y pedimos al PP que no la traspasara, que no fuera cómplice de ese efecto llamada, de ese reparto de menas por toda España. El PP del señor Feijóo prefirió acercarse a Sánchez antes de continuar con los gobiernos con Vox, y en realidad fue el Partido Popular el que rompió esos gobiernos. Es una lástima que por esa obsesión del señor Feijóo y del PP se deje de trabajar conjuntamente en algunas regiones, pero desde luego nosotros no íbamos a ser cómplices de ese reparto de menores que ahora son 20, luego serán 200, luego serán 2.000 y no sabemos hasta cuándo va a seguir. Nuestra opinión ha sido siempre que los menores donde mejor están es con sus familias. Y además lo que esto supone es un aumento de inseguridad en nuestros barrios y en nuestras ciudades y un colapso de nuestro sistema de ayudas sociales. Hay españoles que no llegan a final de mes y, sin embargo, ya estamos viendo la cantidad de dinero que se tiene que destinar para cada uno de esos menas. Encima muchos de ellos, como se ha visto en Castilla y León, más del 90%, no son menores.
-Vayamos por partes. En cuanto a su posición en el CEN, trascendió que tanto usted como el exvicepresidente de la Generalitat Vicente Barrera manifestaron su desacuerdo con la ruptura, aunque la acataron atendiendo a la disciplina de partido. ¿Es así?
-No, absolutamente no.
-¿Me puede explicar entonces cómo se desarrolló la reunión de ese día? ¿Vicente Barrera dijo que no estaba de acuerdo y usted que sí?
-Bueno, partiendo de la base de que las deliberaciones del Comité Ejecutivo Nacional son secretas, sí que le puedo decir que yo estaba de acuerdo con la medida que se propuso. Se ha hablado mucho de lo que sucedió allí dentro por personas que no estaban allí dentro. Lo que sí es cierto es que el presidente, Santiago Abascal, y no descubro nada nuevo porque lo ha dicho él, quiso escuchar a todos y cada uno de los miembros del comité. Todos tuvimos oportunidad de hacer una reflexión sobre la situación, sobre los pros y los contras de esa decisión y al final se llegó a la conclusión de que lo que debíamos de hacer era salir de los gobiernos precisamente por lo que he dicho antes, porque no vamos a seguir siendo cómplices de un PP que ha decidido traspasar una línea, que es el reparto de menas, por órdenes directas del presidente Feijóo.
Para nosotros, estar en los gobiernos no es simplemente estar en los gobiernos por estar. Nosotros queremos estar en los gobiernos para mejorar la vida de los ciudadanos y por tanto hemos antepuesto lo que nosotros creemos que es mucho mejor para España y para los españoles a seguir participando en estos gobiernos regionales.
-¿Entonces usted en el comité expresó que estaba de acuerdo con la ruptura?
-Sí. Yo planteé que, dada la situación, no podíamos traicionar a aquellos votantes que habían puesto su confianza en nosotros. Pero no fue una posición mía, fue una posición conjunta de todo el Comité Ejecutivo Nacional, después de escucharnos a todos. Está claro que las cosas no son todas blancas o negras, pero desde luego cuando en Vox se toman decisiones, no se toman pensando en el bien de Vox, sino que se toman pensando en qué es lo más positivo para España y sobre todo en qué es en lo que los españoles han puesto su confianza cuando han decidido introducir en la urna la papeleta de Vox.
-¿Comprende las reacciones de sus compañeros de partido y que haya quien no lo entienda? Los exconsellers han acatado la disciplina, pero han lamentado que todo respondiera a una directriz y una estrategia nacional.
-Bueno, yo no sé si los tres han declarado que no comprenden la situación. Yo lo que sí sé es que los tres tienen una preocupación porque evidentemente había proyectos que estaban en marcha y no van a a poder terminar. Más que una situación de no comprender, es una situación que para nadie era agradable. Los consellers estaban haciendo muy buen trabajo, igual que toda esa gente que se ha embarcado con ellos en las distintas consellerias, sabiendo lo que supone embarcarte en una conselleria bajo el título de Vox. Estoy convencida de que la mayoría de los consellers tenían muy claro que la decisión que había que tomar era la decisión, como digo, que fuera más positiva para no traicionar la confianza de nuestros votantes.
-Cuando hicieron público el pacto de gobierno con el PP hace un año, dijeron que obedecía al mandato de los ciudadanos de la Comunitat Valenciana en las urnas, que querían que gobernaran conjuntamente. ¿Ese mandato ya no existe?
-Precisamente porque existe ese mandato, hemos hecho un ejercicio de responsabilidad saliendo del gobierno. La gente que introdujo su papeleta en la urna aquel día y dio ese mandato, como bien dice, desde luego no votó ni al Partido Popular ni a Vox para que fomentáramos la inmigración ilegal y el efecto llamada.
-En el pacto de gobierno no había ningún punto sobre los menores inmigrantes. ¿Cómo se explica el incumplimiento exacto de ese acuerdo por el PP?
-En el pacto de gobierno se hablaba de no fomentar la inmigración ilegal y, desde luego, este reparto de menas sí que incumple ese punto. Además, venimos de que el PP apoyó en el Congreso la regularización de medio millón de inmigrantes ilegales. Eso sí que incumple totalmente el pacto con el que Vox entró en ese gobierno.
-Muchos cargos de Vox piensan que ha sido un error la ruptura. ¿Teme las consecuencias?
-Es que yo no me he encontrado a nadie que me haya dicho que es un error. Precisamente la mayor parte de los mensajes que he recibido han sido de apoyo y de reforzar la posición de Vox. De hecho, le voy a dar un dato. Desde el jueves por la noche, que se hizo público, hasta ayer, en la provincia de Castellón ha aumentado el número de afiliaciones al partido. Está claro que habrá gente que considere que es un error, está en su derecho. Pero nosotros creo que debíamos de hacer ese ejercicio de responsabilidad. Y no solo nuestros votantes, sino mucha gente que ha votado al PP, creo que está de acuerdo en que no podemos fomentar el efecto llamada, en que no podemos dinamitar la seguridad de nuestras ciudades, la economía de nuestras ciudades, los servicios sociales de nuestras ciudades. Porque además, lo que creo que debería de legislarse es que en cuanto se tenga conocimiento de un menor no acompañado, se contacte con las autoridades de su país para que sea devuelto lo antes posible a sus familias. Si eso lo hiciéramos con otro menor de cualquier país de nuestro entorno, creo que lo lógico sería ponerse en contacto con la embajada, que la embajada localice a su familia y que ese menor sea devuelto a su familia. De la otra forma, podría considerarse que estamos secuestrando a los menores.
-Se trata de personas que tienen derechos que están siendo vulnerados y que un país como España tal vez debería atender ¿No es frívolo cómo están planteando este asunto, teniendo en cuenta que se está hablando de derechos humanos?
-Precisamente de lo que estamos hablando es de derechos humanos. Precisamente de lo que estamos hablando es de evitar que haya mafias que trafiquen con seres humanos. Los menores tienen que estar con sus familias. A todo el mundo nos gustaría poder ayudar a todo el mundo, pero toda África no cabe en España. Y creo que defender esos derechos humanos no pasa por acoger sin límite a todo el que quiera entrar de forma irregular en España. Nosotros desde luego, desde el primer momento, hemos hablado de una inmigración legal, una inmigración regulada, una inmigración que España pueda gestionar. Lo que sí que va en contra de los derechos humanos es favorecer ese efecto llamada que lo único que hace es que venga gente a encontrarse en la calle y que se favorezca a las mafias que están traficando con seres humanos.
-¿Es la inmigración un tema puramente electoral para ustedes? Han centrado en él la ruptura del pacto de gobierno con el PP, en eso está centrando gran parte de su mensaje, al igual que una estrategia en Europa.
-No es una estrategia, es un convencimiento. Nosotros estamos convencidos de que una inmigración ilegal, una inmigración descontrolada, es perjudicial. Por lo tanto, no es una estrategia electoral. Si nosotros funcionáramos a base de electoralismo o de visión cortoplacista como funcionan muchos otros, pues quizá habría temas que no sacaríamos y sería mucho más cómodo para nosotros. Pero cuando actuamos no lo hacemos por el bien de Vox sino por el bien de los españoles.
-¿Le hizo sentir más tranquila que no entraran las presidencias de los parlamentos autonómicos en la ruptura con el PP?
-No me hizo sentir ni más tranquila ni más inquieta. Lo que ha dicho nuestro presidente es que los gobiernos autonómicos se han roto y nuestros consellers han salido de los gobiernos para no ser cómplices de esas políticas. A día de hoy las mesas de los parlamentos no tienen competencias en ese tipo de políticas y no debían de romperse. Aparte de que los votos que sirvieron para hacer a Carlos Mazón presidente de la Generalitat fueron los votos que me hicieron a mí presidenta de las Cortes Valencianas. Por tanto, una cosa va vinculada a la otra. El tema no era una ruptura total con el Partido Popular. El tema era salir de esos gobiernos para, como digo, no ser cómplices de la deriva que estaba tomando el Partido Popular. Quizá, y lo vuelvo a repetir, por órdenes directas de Génova para cambiar su mensaje o su estrategia sobre la inmigración.
-¿Tiene constancia de que Mazón recibiera esas órdenes?
-A ver, yo constatación directa no lo sé, yo no estaba allí, pero lo que sí queda claro es que conforme se desarrollaron los acontecimientos y que de repente los cuatro presidentes regionales decidieran apoyar ese reparto de menas, así lo indica. También sabemos que para el presidente Feijóo, para el Partido Popular de Génova, nunca han sido de su agrado los pactos del PP con Vox. En la mayor parte de ellos se pusieron todas las pegas posibles hasta que se llegaron a poder conformar esos gobiernos. Aquí en la Comunidad Valenciana, rápidamente, dentro de lo que cabe, se llegó a ese gobierno que, como digo, estaba funcionando razonablemente bien y ha sido Génova la que lo ha dinamitado. Lo mismo que fue Génova la que intentó dinamitar aquellos pactos originales para formar esos gobiernos en otras regiones.
-No le descubro nada si le digo que al PP le gustaría que dimitiera de su cargo de presidenta de Les Corts.
-Yo no sé lo que el PP quiere que yo haga con mi cargo.
-Bueno, han llegado a decir públicamente que creen que es el PP el que debería ocupar la presidencia.
-Yo respeto totalmente que el Partido Popular quiera tener la presidencia de Les Corts, pero en la ecuación no estaba la presidencia de las cámaras autonómicas y, como vuelvo a decir, los mismos votos que eligieron al presidente de la Generalitat fueron los que eligieron a la presidenta de Les Corts en este caso. Yo voy a seguir trabajando haciéndolo lo mejor posible en mi puesto.
-¿No ve ninguna incoherencia en mantenerse?
-En absoluto, porque nos hemos salido de un gobierno para no ser cómplices de las políticas de ese gobierno. Desde la mesa de los parlamentos no se puede ser cómplice de las políticas que realiza el gobierno. Por una parte está el poder legislativo y por otra está el ejecutivo.
-¿Cómo valora la salida de Vox de la exconsellera de Justicia Elisa Núñez y las críticas hacia la estrategia de Santiago Abascal? Habla de "deriva radical" del partido.
-Lo que haya decidido hacer es cosa suya. Pero hace 15 días en un pleno, Elisa estaba defendiendo las políticas de Vox y de repente de la noche a la mañana parece que Vox se ha vuelto muy radical. Vox no ha cambiado el discurso desde que nació en el 2014 hasta el día de hoy. Y entonces solo me cabe la posibilidad de que, o bien no sabía dónde entraba cuando aceptó la propuesta de Vox para ser consellera de Justicia, cosa que me extraña; o bien no ha tenido el valor suficiente para defender esas políticas, porque desde luego para estar en Vox no sirve cualquiera.
Para estar aquí, hay que ser valiente, hay que saber coger el toro por los cuernos y desde luego defender a capa y espada lo que consideramos que sea positivo para Vox. Cuando valoramos tomar una decisión no estamos valorando electoralmente si eso nos va a beneficiar o esto nos va a perjudicar. Nosotros lo que tenemos puesto en nuestro objetivo es el bien de nuestra nación y el bien de los ciudadanos españoles.
donde entraba o no ha tenido la valencia suficiente para defender las políticas de Bush,
eso me hace pensar que si hace una semana estaba a favor o estaba defendiendo el ideario de Vox y de repente, dos días después, el ideario de Vox ya no era el que ella compartía.
Yo ya no sé si es que cuando aceptó ese cargo no tenía muy claro qué es lo que Vox está defendiendo, porque Vox no ha cambiado su posicionamiento desde que nació en el año 2014 hasta ahora,
como digo, o no sabía muy bien dónde se estaba metiendo, o al final, bueno, pues quizá defender el posicionamiento de Vox para algunas personas no es sencillo y hay que tener el valor suficiente para hacerlo. Quizá algunas personas no han tenido el valor suficiente para hacerlo.