VALÈNCIA. En 1972, el periodista Vicenzo Maddaloni de La Doménica del Corriere (suplemento del Corriere de la Sera) publicada una noticia que dio la vuelta al mundo: el Vaticano había ordenado destruir una máquina con la que había conseguido recuperar imágenes que viajan en el tiempo. Desde la destrucción de Sodoma a la crucifixión de Jesús. El que contaba la historia era el padre Marcello Pellegrino Ernetti, un religioso con un currículum impecable. El escritor e historiador Luis Miguel Sánchez Tostado recupera este episodio en El enigma del cronovisor (Ed. Guante Blanco) y descubre que lo que nos han contado no es exactamente la verdad.