VALENCIA. La empresa gestora de la depuradora de Pinedo, recientemente disuelta por el descontrol mostrado en sus cuentas y salarios de directivos, sigue siendo una caja de sorpresas. La última, la nota contable en su balance que demostraba el pago de ciento de miles de euros por productos que nunca habían sido adquiridos por la empresa.
No es de recibo que a estas alturas una empresa públicapueda seguir funcionando sin ningún tipo de control ni auditoría que impida semejantes abusos. La falta de un auténtico entre metropolitano, como ya hubo en el pasado, ha conducido a ésta y otras ineficiencias.
La actual situación de crisis econmómica que padecen, como todos, la mayoría de los ayuntamientos debería propiciar la aparición de organismos de esta clase que, gestionados, y auditados como es debido permitirían el ahorro de mucho dinero a las vacías arcas de los ayuntamientos.