VALENCIA. Otra cosa es que después puedan cumplir su palabra -que es lo realmente importante- dadas las evidenes dificultades financieras que padece la Generalitat. En todo caso, la idea es buena y la intención, mejor. La pasada burbuja que provocó la actual crisis económica fue consecuencia de muchas actuaciones erróneas y entre ellas las de los ayuntamientos, que independientemente de su tamaño y necesidades reales, se arrojaron -muchos de ellos- a una política de gasto y derroche insostenibles.
Recortar costes superfluos y administrar el dinero público con talento y eficacia debe ser el objetivo de cualquier Administración pública. Por este motivo aplaudimos la medida anunciada por la Generalitat a través de su conseller Rafael Blasco y esperamos impacientes conocer los datos de los primeros ayuntamientos acogidos a la propuesta.
