VALENCIA (FOTO: EVA MÁÑEZ). La batalla identitaria se coló ayer en les Corts de la mano de Carolina Punset (Washington, 1971). En su estreno como síndica de Ciudadanos, la diputada de la formación naranja caldeó el hemiciclo -y las redes sociales- en la sesión de investidura con un discurso de denuncia del nacionalismo más habitual en el Parlament catalán que en la cámara valenciana.
Aunque al inicio del discurso Punset se mostró en contra de los "cordones sanitarios" y de excluir a ningún grupo parlamentario, el ‘no' de su grupo a la investidura de Ximo Puig se fundamentó en dos líneas rojas: el populismo y el nacionalismo. Punset alertó a un Puig que se había mostrado "exhausto de ofrendar glorias" a España: "De eso al ‘España nos roba' hay un paso".
Punset se preguntó "cómo se pagan" la reapertura de Canal Nou, la renta mínima de ciudadanía y el resto de los compromisos del nuevo Consell. Pero la principal preocupación de la portavoz de Ciudadanos era otra. El PSPV, aseguró, sigue al pactar con Compromís "los pasos del PSC", que se adhirió "al nacionalismo catalán más rancio". Para reforzar esta idea, Punset leyó los estatutos del Bloc, "accionista principal" de Compromís, y su defensa de la "plena soberanía del País Valencià".
El nacionalismo, "siempre un camino hacia la independencia", viene en Valencia para Punset de la mano de la inmersión lingüística. Allá donde triunfa, aseguró, "estamos volviendo a la aldea". En la Comunitat Valenciana, según la diputada, desde ahora los alumnos que no estudien en la escuela privada o concertada aprenderán castellano "por ósmosis". Aprender valenciano, en su opinión, puede ser "emotivo" pero poco útil si se trata de encontrar empleo.
La réplica de Puig fue cordial pero contundente. "Hablar valenciano no es una exigencia identitaria, es que es mi lengua". El president de la Generalitat aseguró que no se va a perseguir el castellano y negó que existiera "un problema soberanista" en la Comunitat. Punset replicó: "Hace quince años tampoco existia un problema soberanista en Cataluña".
La diputada de Ciudadanos tiró de hemeroteca para recordar a Ximo Puig su flirteo con el partido naranja durante las negociaciones poselectorales. "Un gobierno de progreso no tiene por qué ser con Compromís y Podemos", parafraseó al nuevo president de la Generalitat. Tras el recordatorio, Punset ofreció su "mano tendida" a Puig "siempre y cuando no veamos una vertiente nacionalista". El president recogió el guante y prometió gobernar para todos pero dejó un recado a Punset: "No se puede querer al mundo si no quieres a tu propia gente", remachó.