El sistema agroalimentario actual produce un 60% más de lo necesario para alimentar a la humanidad, sin embargo, más de 800 millones de personas pasan hambre. Este hecho resalta las fallas en un sistema económico que confunde desarrollo con crecimiento, rompendo equilibrios ecológicos y provocando el cambio climático. Esta situación plantea preguntas sobre la sostenibilidad y el bienestar.
Hablamos de todo ello con José Esquinas, doctor ingeniero agrónomo y humanista con una larga carrera en la FAO, aborda estas cuestiones en su libro "Rumbo al ecocidio". En su obra, Esquinas propone que se juzgue el atentado contra la naturaleza y ofrece soluciones para frenar los daños irreversibles que amenazan tanto al ecosistema como a la humanidad.
En el libro se enfatiza que el cambio climático, causado por actividades humanas, es el mayor riesgo actual. Aunque el planeta sobrevivirá, la especie humana está en peligro de desaparecer. La solución implica restablecer los equilibrios naturales que se han roto. Se aboga por reconocer el ecocidio como un crimen contra la humanidad, sugiriendo su juicio en el Tribunal Internacional de La Haya.
Aunque todos participamos en la destrucción del ecosistema, no todos tenemos la misma responsabilidad. Los daños irreversibles son causados principalmente por grandes contaminadores. Esquinas cita ejemplos como el desastre del Prestige y otros eventos ambientales significativos que deberían ser considerados crímenes contra la humanidad para disuadir futuras catástrofes.
Para cambiar el rumbo hacia la sostenibilidad, Esquinas sugiere una responsabilidad tanto individual como colectiva. A nivel individual, se proponen acciones como reducir el desperdicio de alimentos y consumir productos locales y agroecológicos. Se subraya la importancia de transformar nuestro carro de la compra en un carro de combate por un mundo mejor.
A nivel colectivo, se destaca la necesidad de presión social para que los políticos implementen cambios necesarios. Grandes cambios históricos, como la abolición de la esclavitud y la independencia de India, se lograron gracias a la presión popular. Se sugieren manifestaciones y desobediencia civil como medios para lograr cambios.
Además, el libro aboga por la creación de un parlamento mundial que dé voz a la sociedad civil, similar al Parlamento Europeo. La ONU, aunque necesaria, es insuficiente porque es un foro gubernamental. Un parlamento mundial serviría como contrapeso, representando a los pueblos y no solo a los gobiernos.
Finalmente, abordamos la importancia de corregir el mercado para reflejar el verdadero costo ambiental de los productos. Los recursos naturales son limitados y debemos garantizar su disponibilidad para las futuras generaciones, evitando externalizar los costos a ellas.