VALÈNCIA. A Juan Miguel Belenguer Frasquet (València, 1978) le picó el gusanillo de la banca hace más de dos décadas. «Fue cuando pasé mi primera entrevista de trabajo con Bankpyme, un banco pequeño, perteneciente a la burguesía catalana, donde el trato con el cliente era la clave del negocio». Así lo reconoce a Plaza este diplomado en Empresariales, apasionado del deporte —«entreno a las siete de la mañana»—, la restauración —«mi mujer y yo somos fans de la Guía Hedonista»—, el cine —«las nuevas plataformas han hecho desaparecer la magia que tenía antes»— y de la pintura —«disfruto recorriendo galerías»—.
¿Qué le llevó a terminar en el competitivo segmento de la banca privada? «Inicialmente por circunstancias, no por vocación. Pero bien es cierto que, a lo largo de mi vida profesional, fui entendiendo todo lo que se podía hacer, sus vertientes, y me enganché, generando mi propio modelo de negocio. Mirando hacia atrás, la carrera ha sido muy positiva y ascendente».
Tener mucha resiliencia —«trabajamos en un entorno muy cambiante, y la adaptación no es fácil»—, transparencia con los clientes —«esto va de una relación a largo plazo»— y dinamismo —«para ofrecer un aspecto diferencial frente a la competencia»— son los tres consejos que da a todo aquel interesado en labrarse un futuro en la banca privada.