VALÈNCIA. Joaquín Durán Blasco (Lleida, 1984) es una persona cercana y empática. A sus cuarenta años acumula una amplia trayectoria en el ámbito financiero, así como en la creación de empresas. «Más que un banquero de inversión me considero un emprendedor», asegura en un momento de la entrevista. En materia personal, reconoce tener poco tiempo libre, aunque en los ratos de los que dispone prioriza a su familia. Respecto a sus hobbies, señala: «Mi pasión son los coches y la competición». En este sentido, fue piloto de rallies y, actualmente, realiza trackdays en circuito con el equipo SMC a bordo de un McLaren GT4.
El fútbol es otra de sus aficiones. En este caso, compartida con su mujer y sus hijos. Tiene dos niños y una niña. «Son unos locos del fútbol», reitera antes de explicar que «el mayor juega en tres ligas distintas y, los fines de semana, es obligatorio ver al Valencia CF». La familia acude al estadio de Mestalla a ver todos los partidos.
Un giro de 180 grados
La vida de Durán ha dado un giro de 180 grados estas últimas semanas. La noche del 29 al 30 de octubre una Dana asoló un buen número de municipios de la provincia de Valencia. Miles de personas pasaron la noche en las carreteras o en los techos de locales comerciales de la zona afectada. Entre ellas, su mujer y uno de sus hijos, que regresaban a casa tras acudir a un cumpleaños. «Se quedaron atrapados en el polígono de Massanassa. Perdimos el coche, se lo llevó la riada», relata. Una situación que obligó a su mujer, su hijo y otros dos niños compañeros del colegio a pasar la noche en un parque de bolas.
Durán volvió rápidamente desde Madrid, «recorriendo media España por carreteras secundarias», aunque su familia no pudo ser rescatada hasta el día siguiente. «Me afectó mucho emocionalmente», asegura. Además, varios de sus empleados vivieron en primera persona los efectos de la catástrofe al residir en algunos de los municipios damnificados.
«Te remueve lo suficientemente por dentro como para decidir hacer algo, más allá de ir a limpiar o hacer una donación económica», explica. En este sentido, Durán sintió el «deber moral» de volcarse en la situación y usar «todos los recursos y contactos» de los que dispone «para poner en marcha algún tipo de iniciativa». Todo ello le llevó a impulsar el proyecto Solidaridad sobre ruedas, con la intención de donar vehículos a las personas afectadas para que pudieran recuperar la movilidad.