VALÈNCIA. Málaga, tras la Guerra Civil, pudo ser uno de los lugares más aburridos del mundo. Suerte que estaba allí Hipólito Lucena, sacerdote conocido por su importante labor de apoyo a los más necesitados y por haber utilizado el poder del confesionario para crear una especie de secta sexual inspirada en los Iluminados. El cura, antes de ser condenado, consiguió crear una especie de corte de mujeres, las hipolitinas, a las que convenció que el sexo les llevaría hasta dios. Lucena fue condenado pero ¿por depredador sexual o por hereje? En Sacramento (Galaxia Gutenberg), el periodista Antonio Soler recrea su historia a partir de testimonios y documentos reales.