¿Los deportistas entrenan su mente? ¿Cómo les afecta su vida privada en un partido? ¿Son capaces de concentrarse hasta tal punto que ni siquiera escuchan lo que se les grita desde las gradas?
Javier Cuevas, psicólogo deportivo de la Unidad de Medicina Deportiva IMED-UCV, especializado en desarrollar el rendimiento deportivo ha explicado en el programa Plaza Salud que los deportistas no solo tienen que entrenar su cuerpo sino también su mente. "Hay que dotarles de recursos para que aprendan a gestionar las emociones problemáticas e incrementar así su rendimiento".
Lo que es obvio es que a un deportista le afectan los problemas que tienen fuera del trabajo como a cualquier otra persona. La vida privada es muy importante y repercute en el rendimiento del deportista. "Si estamos bien en la vida privada rendiremos mejor".
Pero, ¿Cuáles son las emociones más conflictivas a los que se enfrenta un deportista? Como señala el psicólogo de IMED-UCV, dependerá de la edad, del deporte y del nivel.
Los psicólogos deportivos reciben en su consulta tanto a deportistas de élite, a niños o jóvenes que empiezan y a quienes practican un deporte como hobby.
En el caso de los niños y los jóvenes, el aspecto más generalizado y por el que llegan a dejar el deporte es porque no toleran la frustración provocada porque no les saquen de titular, comenta fallos o pierdan un partido. Además, acuden tanto los padres como los niños.
Los niños deben practicar la parte lúdica del deporte ya que si se aburren o se frustran, pueden dejar la actividad. Muchos padres opinan que, solo con un buen entrenamiento, sus hijos van a destacar en un deporte. Pero no es así. Depende de las capacidades de cada uno. En ocasiones, hay que educar de forma diferente a los hijos aunque se haga con la mejor de las intenciones. En la consulta se dan pautas a los padres y se realiza un trabajo personalizado con los hijos.
¿En qué piensa un deportista cuando tienen que lanzar un penalti o encestar la canasta que puede dar el triunfo a su equipo? Javier Cuevas señala que solo tiene que pensar en hacerlo bien. Concentrarse y evadirse de todo lo demás. Pero, como reitera Cuevas, eso solo se consigue entrenando la mente, practicando mucho tiempo para, llegado el momento, automatizarlo. "Hay que focalizar la atención, disfrutar del momento y así habrá un menor riesgo de descentrarse".
Ocurre con mucha frecuencia que un deportista rinde mucho mejor en los entrenamientos que en el partido. Esto es así por la falta de entrenamiento mental.
El psicólogo de IMED-UCV explica que, llegar motivado a un partido, es muy fácil. Cuando realmente se demuestra que se está bien preparado es en los momentos difíciles, cuando hay que remontar un partido.
Cada vez es más habitual que el psicólogo acompañe al deportista o al equipo en los viajes. Junto al fisioterapeuta y al entrenador, forma parte del cuerpo técnico.
La psicología del deporte se aplica a cualquier contexto