El éxito inesperado del fichaje de Amedeo Carboni, un jugador de fútbol que llegó al Valencia a los 32 años, desafiando las expectativas de una jubilación tranquila en la ciudad, fue un punto de inflexión para el club. Carboni, el primer italiano en unirse al equipo, demostró un rendimiento excepcional, lo que impulsó al club a buscar más talento italiano. A lo largo de más de 20 años, el Valencia ha sido hogar de numerosos jugadores del fútbol italiano, a pesar de las dificultades históricas de adaptación de los italianos al fútbol español.
La temporada 2004-2005 marcó un hito cuando el Valencia aceptó recibir futbolistas italianos como pago por una deuda pendiente de la Lazio. Este acuerdo incluyó a Bernardo Corradi, Marco Di Vaio y Stefano Fiore, junto con Emiliano Moretti del Bolonia. Aunque Moretti dejó una impresión positiva, los otros tres no cumplieron con las expectativas. Corradi, conocido por su historial goleador en Italia, tuvo un papel limitado como sustituto. Di Vaio, procedente de la Juventus, luchó por encontrar su lugar en el equipo y finalmente se marchó tras una temporada. Fiore, persistente pero lento y limitado por lesiones, se convirtió en una carga para el club durante tres años, sin lograr destacar en el campo.
Estos fichajes italianos marcaron una era de decepción para el Valencia, con Fiore como el último en partir tras varios intentos fallidos de deshacerse de él. Sin embargo, estos fracasos no desalentaron al club, que años después se aventuró nuevamente en el mercado italiano con el fichaje de Francesco Tabano. Tabano, procedente del Empoli, resultó ser otro fracaso, lo que llevó al Valencia a esperar más de una década antes de considerar nuevamente jugadores italianos.
En resumen, a pesar del éxito inicial de Carboni, los intentos posteriores del Valencia de reclutar talento italiano resultaron en decepciones constantes. La llegada de Corradi, Di Vaio, Fiore y Tabano no solo no cumplió con las expectativas, sino que también generó una sensación de desconfianza hacia los futbolistas italianos en el club. Este período oscuro en la historia del Valencia sirvió como una lección sobre la importancia de la adaptación y la selección cuidadosa de jugadores extranjeros.