Entrevista al subdirector de Explotaciones de Saneamiento de FACSA
Nos acompaña Javier García, subdirector de Explotaciones de Saneamientos de FACSA, en el XXXVII Congreso de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), que se celebra en Castellón. García nos habla sobre la compleja gestión del alcantarillado, un sistema esencial que a menudo pasa desapercibido para la mayoría de los ciudadanos.
El alcantarillado es una red subterránea de tuberías de diversos diámetros, que va desde los 300 milímetros hasta colectores de varios metros. "Parece que el agua llega y desaparece mágicamente, pero detrás hay una red compleja que gestionamos", explica García. Históricamente, esta gestión era muy tradicional, pero ahora se orienta hacia la digitalización y la modernización.
Uno de los mayores retos que enfrenta el sector es la implementación del nuevo Real Decreto 665, que modifica las reglas del juego y exige grandes inversiones en los próximos diez años. Este decreto se enfoca principalmente en el control de las descargas de los sistemas de saneamiento, como las toallitas que obstruyen las redes y contaminan el medio ambiente. "El control de estos desbordamientos es crucial para mejorar la gestión de las redes de saneamiento", afirma García.
La concienciación ciudadana es fundamental para la gestión eficiente del alcantarillado. García subraya que muchos ciudadanos desconocen el impacto negativo de usar el inodoro como papelera, tirando toallitas, plásticos y otros residuos. "Esto causa atascos, averías y aumenta los costes de mantenimiento", dice. FACSA realiza campañas educativas en su aula didáctica para concienciar a los niños, quienes luego transmiten esta información a sus padres.
Además de las toallitas, otros problemas comunes incluyen conexiones inadecuadas realizadas por los vecinos y malas ejecuciones en obras. Estos factores complican la gestión del alcantarillado, una infraestructura crucial para la salubridad pública. "Es una instalación tan importante como cualquier otra en la ciudad, y debemos cuidarla y vigilarla", añade García.
La normativa actual plantea grandes retos para la gestión del alcantarillado, especialmente en términos de inversión. García señala que muchas redes tienen una vida útil promedio de 238 años, lo que es insostenible. Las filtraciones de agua, especialmente en zonas marítimas, complican el tratamiento en las depuradoras. "Es fundamental renovar las instalaciones para evitar estos problemas y mejorar la eficiencia del sistema", explica.
La implementación de una tarifa adecuada para el alcantarillado es otro reto importante. En muchos municipios, no existe una tarifa específica, lo que significa que las inversiones necesarias deben salir de otros presupuestos municipales. "Esto es insostenible a largo plazo. Necesitamos una tasa de alcantarillado que financie estas inversiones", subraya García.
La falta de una tarifa adecuada y la necesidad de grandes inversiones para cumplir con la nueva normativa son desafíos importantes para el futuro. García estima que, aunque es difícil dar una cifra exacta, las inversiones necesarias para renovar el alcantarillado en una provincia como Castellón son de cientos de millones de euros. "Necesitamos encontrar la financiación para cumplir con estas exigencias y asegurar un sistema de saneamiento eficiente y sostenible", concluye.
La gestión del alcantarillado es una tarea compleja que requiere inversiones significativas y una fuerte concienciación ciudadana. Con la implementación de la nueva normativa y el compromiso de todos los actores involucrados, es posible mejorar la eficiencia y sostenibilidad de este sistema crucial para nuestras ciudades.