VALÈNCIA. Hoy, en Última Fila, entrevistamos a los responsables de dos películas brillantes que llegan a los cines este mismo viernes.
El otro día, en el informe de taquillas semanal, se alzaba la voz de alarma. El pasado fin de semana fue desastroso. Pero hoy aquí no vamos a hacer ninguna defensa genérica de ir al cine. Os vamos a recomendar de corazón que, si vais al cine, vayáis a ver las dos películas de las que hablaremos. Dos joyas, desde lugares distintos, de nuestro cine, que no os deberíais perder. Este es uno de esos fines de semana donde se alinean los astros. Así que poneos cómodos, escuchad Última Fila y mientras, id haciéndole hueco a La Estrella Azul y a Negu Hurbilak.
Mauricio Aznar es una figura imprescindible de la escena rock zaragozana de los 90, líder del grupo Más Birras. Javier Macipe coge prestada su vida para contar una de las historias de autodescubrimiento y música más fascinante que uno ha podido ver, La Estrella Azul.
Mauricio, ahogado entre la rutina, las adicciones y la manera en la que se vive la música en España, escapa a Latinoamérica buscando reencontrarse con su vocación. Allí conoce a Carlos Carabajal, uno de los maestros de la chacarera, un subgénero tradicional de la Argentina rural. Carabajal, entristecido por el poco apoyo a su creación, y Mauricio, un músico pérdido, se acogen con generosidad. De su encuentro nace un extravagante dúo quijotesco, con todos los visos de ser un absoluto fracaso comercial.
Javier Macipe dirigiendo y Pepe Lorente como protagonista lideran este film que es transparente como pocas veces he visto, y eso es lo que hace, en resumen de esta película una muy especial. Para desarrollar esto, quién mejor que ellos mismos para explicarlo.
En 2011 el prolongado conflicto que vive el País Vasco parece llegar a su fin. Una joven huye con un claro objetivo: cruzar la frontera. Llega a Zubieta, un pueblo fronterizo donde antiguos mitos y conflictos modernos parecen converger. Con el paso del tiempo, un tiempo difuso e indefinido, donde los días se convierten en noches y las noches en días, su huida comienza a ser cada vez más laberíntica…
Mientras las radio informan que ETA ha anunciado el cese definitivo de la actividad terrorista, una joven huye y se aleja de una familia. Cuando se habla de las heridas abiertas, o las que se tienen que cerrar, se hace, deliberadamente, de parte. Y la herida en Euskal Herria son muchas. Tantas, que el silencio que la tirita que se va pudriendo pero nadie se atreve a arrancar.
Desde aquí nace Negu Hurbilak, la ópera prima del Colectivo Negu, que presentó el film en el pasado festival de Locarno. Una película inédita porque es una de las pocas firmadas en plural en nuestro cine, también por la manera de romper con cualquier conformismo formal, pero sobre todo por no romper el silencio de una manera altiva, sino preguntarse sencillamente de dónde viene.