En mayo de 1985, los geofísicos británicos Joe Farman, Brian Gardiner y John Shan-klin publicaron un estudio que demostraba una rápida reducción de la capa de ozono en la Antártida. Los científicos apuntaron a los gases nocivos utilizados como por ejemplo, refrigerantes en fungicidas, aerosoles o cosméticos como causantes de la destrucción de la capa de ozono.
Hoy, 38 años después, el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, (UNEP) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) han constatado que la restauración de la capa de ozono sigue un camino favorable y han puesto fecha a su recuperación en distintas zonas del mundo: será, si todo marcha como hasta ahora, entre 2040 y 2066.
Hablamos con Rubén del Campo, meteorólogo y portavoz de AEMET y con José Luis García Ortega, portavoz de Energía de Greenpeace.