Especial Traumas Valencianos

De hecho, todo indica que habrá múltiples, múltiples, múltiples, múltiples ocasiones en el futuro para la redención musical del dirigente popular. No en vano, según las ya clásicas encuestas electorales publicadas con motivo del 9 d’Octubre, queda reinado del PP valenciano y de Mazón para rato. ¡Y sin necesidad de socios toreros ni nada, a su bola! Muy mal se tiene que dar para que en los próximos 300 años que le quedan de gobierno autonómico el exintegrante de Marengo no se cante nunca algunos temitas, con lo sandunguero que ya ha demostrado ser. Nos da igual si es en una inauguración, un acto conmemorativo, una entrega de premios, un discurso, una sesión de control… Solo queremos bailar al son de sus compases.

En anteriores episodios de este podcast, ya habíamos comentado lo fea e insulsa que nos parece la ciudad de València (porque es que es fea, fea, fea con avaricia). Pero en este capítulo especial sobre asuntos valencianos, en La Paella Rusa hemos decidido dar un paso más. Así que, aprovechamos la festividad autonñomica, para traspasar las fronteras de la ciudad y lanzarnos a desgranar los rasgos más patéticos de la sociedad valenciana en su conjunto. Del norte al sur del País Valencià, analizamos las cutreces más vergonzantes de este pueblo. Pero para que no todo sea fustigarse sin piedad, también contamos con algunas voces en defensa de las gentes valencianas y su alma que tratan de poner el acento en nuestras vertientes más positivas.

Por supuesto, esta semana La Paella Rusa cuenta con una nueva entrega del minuto y resultado de la Liga Villaconejos 2024/2025 (también conocida como Hypermotion) en la que repasamos los mejores momentos de unos partidos de fútbol que no le importan a nadie.

Y en nuestra recomendación cultural de esta semana, ¡lucha libre! No tanto practicarla (que también), sino acercarse a ella a través de la docuserie que estrenó hace poco Netflix “Vince McMahon: El titán de la WWE”. Hulk Hogan, negocios embarrados, escándalos, peleas coreografiadas, dramas familiares y disfraces horteras. No se puede pedir más