Vivimos en un momento en el que el envejecimiento de la población es el mayor de la historia de la humanidad. Tras haberse duplicado el número de habitantes de más de 100 años en la última década en España, hasta 19.639, el INE dice ahora que dentro de 50 años ser centenario no será extraordinario. Según sus proyecciones, la cifra se va a multiplicar por 12, hasta alcanzar los 230.000 centenarios y centenarias en España.
El catedrático de Sociología de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla y experto en envejecimiento y personas centenarias, Juanma García González destaca que el envejecimiento es uno de los mayores logros de la humanidad, señalando que al inicio del siglo XX la esperanza de vida rondaba los 35 años, mientras que hoy en España se sitúa en torno a los 82 años. Esta transformación refleja una democratización de la longevidad, alcanzada no solo en países desarrollados sino globalmente.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) respaldan esta afirmación, mostrando un aumento significativo en el número de centenarios en España, que ha llegado a casi 20.000 personas. Las proyecciones indican que esta cifra podría multiplicarse por 12 en los próximos 50 años, alcanzando los 230.000 centenarios. García aclara que estas proyecciones, aunque basadas en dinámicas previas, son inciertas debido a los múltiples factores que pueden influir en el futuro.
Uno de los puntos cruciales mencionados por García es la necesidad de envejecer en buenas condiciones. La calidad de vida en la vejez no solo depende de alcanzar una avanzada edad, sino de hacerlo en buen estado de salud física y mental. Subraya la importancia de reducir el tiempo en que las personas viven con enfermedades, abogando por una vida larga y saludable. Entre los factores que influyen en alcanzar los 100 años, señala una combinación de genética (20-25%) y factores sociales y conductuales, como una buena alimentación, ejercicio regular, ausencia de hábitos nocivos y un estado emocional positivo.
Las mujeres tienden a vivir más que los hombres debido a factores genéticos y sociales. Sin embargo, esta brecha se ha ido estrechando, con los hombres adoptando hábitos de vida más saludables. Esta diferencia no es exclusiva de España, sino que se observa en todas las sociedades.
García también discutió los desafíos que plantea una sociedad envejecida. Proyecciones del INE indican que para 2030, uno de cada tres habitantes en España tendrá más de 65 años. Este envejecimiento demográfico implica enormes retos sociales, económicos y políticos. García enfatiza que estos desafíos no son nuevos y que la demografía ha estado alertando sobre ellos desde hace décadas. Entre los principales retos, destaca la necesidad de adaptar las estructuras sociales para satisfacer las necesidades de una población mayor, que varían significativamente entre los 65 y los 90 años.
Por otra parte, también se aborda la tendencia creciente de las personas mayores a preferir vivir solas en sus hogares en lugar de en residencias. Esto refleja un cambio en los paradigmas de envejecimiento, donde la mayoría prefiere mantener su independencia y entorno familiar conocido. García subraya que las políticas públicas deben adaptarse a esta preferencia, promoviendo modelos de envejecimiento más amables y sensibles que permitan a las personas mayores vivir con dignidad y bienestar en sus propios hogares.
Finalmente, García reflexiona sobre la necesidad de una planificación a largo plazo para enfrentar los desafíos del envejecimiento poblacional. Destaca que, aunque la demografía puede prever estos cambios, las políticas a menudo no se ajustan a tiempo para abordar adecuadamente las necesidades emergentes. Reflexiona sobre que la sociedad debe prepararse para una estructura familiar y social que soporte una población cada vez más longeva, asegurando que los mayores puedan disfrutar de una vida larga y saludable en sus propias casas.