En 1931, dos películas cambiaron para siempre la historia del cine: Drácula (Tod Browning, 1931) y El Dr. Frankenstein (James Whale, 1931). Había nacido el género de Terror cuyo reinado apenas duró hasta 1935. Todo esto lo explica la mar de bien el escritor e investigador valenciano Pedro Porcel en su último trabajo: Cine de Terror 1930-1939. Un mundo en sombras (Ed. Desfiladero). Según él, la crisis de 1929, sumada a la llegada de una oleada de autores europeos con talento huyendo del nazismo y el empeño de la Universal por competir con el resto de productoras provocaron una tormenta perfecta que modificó el séptimo arte de manera tan profunda que aún hoy llegan los efectos.