El 24 de junio de 1947,
Kenneth A. Arnold, piloto privado bajó de su avioneta CallAir A-2 y aseguró que había visto en las inmediaciones del Monte Rainier (en el estado de Washington) nueve objetos brillantes que se desplazaban de manera extraña, como "como un plato lanzado al agua". El periodista
Bill Bequette, del
East Oregonian, mal interpretó sus palabras y publicó una artículo que hablaba sobre "platillos volantes". Así nació, hace 73 años, uno de los mitos más extendidos del siglo XX, y que aún hoy se resiste a morir. El ufólogo
Ricardo Campo (autor de
Los ovnis ¡Vaya Timo) nos cuenta lo que pasó y aprovechamos para hablar con él de nuestro tema favorito: los marcianos.