A comienzos de 1889, mientras en Londres se desataba la cacería del misterioso
Jack el Destripador, en nuestro país se vivió una increíble oleada de pánico que hizo creer que este, tras huir del cerco policial de Scotland Yard, se escondía en Barcelona, La Coruña, Orense, Ferrol, Murcia, Almería, Huelva, Valencia, Málaga, Alcoy o Madrid. Nacía así nuestra particular ripperología. Diariamente se publicaban noticias de los sucesos de Whitechapel, pero en estas el asesino respondía al nombre de Jaime, Juan e incluso un catalanizado e hilarante Jaume. De todo esto nos habla el editor
Servando Rocha (La Felguera) que acaba de recuperar esta historia en el último número de
El Agente Provocador.