Hoy es 12 de octubre
Quizá muchos de ustedes habrán pensado en hacerse un retoque en la nariz, en los pómulos o en alguna otra pare del cuerpo pero no se atreven. Que si te va a quitar personalidad, que si luego no te gusta...
Para evitar arrepentimientos y tener que meterse en soluciones más drásticas, la medicina estética ofrece la posibilidad de realizarse esos retoques sin necesidad de pasar por el quirófano. Es una alternativa a la cirugía. Y no solo para los indecisos sino también muchas personas transgénero que prefieren ir poco a poco. Eso sí, son retoques no permanentes y la duración depende del producto o tratamiento que se utilice. Los más utilizados son la toxina botulínica, rellenos faciales, peelings o la bioestimulación.
El doctor Aleix de Vargas-Machuca Peydró es médico estético y ha explicado en el programa de Salud de Plaza Radio el amplio abanico de posibilidades que ofrece su especialidad.
Aleix de Vargas-Machuca explica que, mientras que para algunas áreas como pechos, la cirugía de aumento o reducción es, sin duda, la mejor elección. En cambio, en lo que refiere a tratamientos faciales, los materiales de relleno reabsorbibles cuenta con sus beneficios. Independientemente del resultado deseado, los tratamientos con ácido hialurónico, toxina botulínica o hidroxiapatita de calcio tienen una duración estimada entre 4 y 24 meses, de modo que si un paciente no queda satisfecho con los resultados o desea realizar una modificación esta siempre es posible sin demasiada complejidad. Por otro lado, existen prótesis permanentes faciales, que suelen aplicarse en las zonas de pómulo, mentón y ángulo mandibular.
Cuando hablamos de la comunidad LGBTIQ+, algunos pacientes pueden desear marcar rasgos faciales asociados visualmente con el género femenino o masculino mientras que otros pacientes solo querrán tener mejor piel menos arrugas realzar volúmenes o rasgos sin equitetas.
Los tratamientos característicamente asociados a rasgos masculinos son la modificación del ángulo mandibular aumentando su volumen, conocido como “Masculinización”, donde se busca definir una mandíbula más cuadrada y angulada. Además, los hombres tienen el mentón más cuadrado y las cejas más bajas y planas, lo cual podemos corregir con toxina botulínica. Además, en los hombres la proyección de pómulos va de la parte superior de la oreja hasta el ala nasal, es decir, que esta línea es más alta que en mujeres.
En cambio, los tratamientos te asociados con rasgos femeninos son la remodelación de la frente con ácido hialurónico para conseguir una frente más redonda, en contraste con una frente más plana y con una mayor acentuación del ángulo con las cejas en el hombre. También la rinomodelación con ácido hialurónico e hilos tensores, para obtener una nariz más fina y aumentar el ángulo entre la punta de la nariz y el labio superior, que en mujeres es de 95 a 105 grados y en hombres de 90 a 95 grados. Asimismo, también se modifica el ángulo de la mandíbula y el óvalo facial para que sea más redondo y continuo, se remodela el mentónpara que sean menos cuadrado y tenga un punta redondeada. Por supuesto, una de las cosas más características es el aumento de volumen de labios o el lifting de cejas con ácido hialurónico, toxina botulínica e hilos tensores.
En lo que respecta a la salud capilar y caída de pelo, la causa más frecuente de pérdida de cabello crónica se debe al efecto de hormonas masculinas (andrógenos), tanto en hombres como en mujeres. En hombres se presenta en 8 de cada 10 y comienza en la década de los 20, mientras que en mujeres se presenta en 5 de cada 10 mujeres en la década de los 50 años.
Por lo tanto en un paciente trans hombre que esté en tratamiento con hormonas masculinas, tendrá una mayor caída de pelo asociada a los andrógenos, la cual puede ser corregida y detener la progresiva alopecia. En cambio, en el hombre trans que no lleve a cabo ningún tratamiento hormonal, su riesgo de alopecia androgénica será el mismo que el marcado por nacimiento, siendo este inferior que si estuvieran los niveles de testosterona más elevados.
Por otra parte, "en la mujer trans nos encontramos con la situación opuesta, dado que de tomar terapia hormonal antiandrogénica verá una mejoría en la caída de pelo, pero según sus circunstancias actuales puede ser una buena candidata para recuperar el pelo en los años previos e incluso realizarse un trasplante capilar para aumentar aún más esa densidad o adelantar la línea frontal y compensar entradas", señala el doctor Aleix de Vargas-Machuca Peydró. En cambio, la mujer trans que no lleve a cabo una terapia antiandrogénica sí que verá progreso exponencial en su caída de cabello debido a los andrógenos, siendo en este caso muy beneficiosa una terapia para combatir la caída del pelo.