Murcia Plaza

¿la heroína definitiva contra el patriarcado?

SuperBollo no es el cómic que leería alguien que ve Wonder Woman como el colmo de lo feminista

MURCIA. Transfeminista, antiespecista, gorda y queer. Todo esto es SuperBollo, una heroína muy apropiada para los tiempos que corren. Y es que, a diferencia de otros personajes de ficción, en este caso, la protagonista no combate contra ningún monstruo o un malvado en concreto. Su batalla se despliega contra la L.E.F.A (la Liga Exterminadora de Feminazis Antisistema), una metáfora que sus creadoras utilizan para referirse claro al sistema patriarcal. "Un patriarcado muy bien organizado que expande todos los días, y constantemente, su violencia sobre mujeres y cuerpos disidentes. Asesinatos, violaciones, abusos sexuales, matrimonios de niñas, ablaciones, etc... y que cuenta con la connivencia y la participación de millones de hombres cis", explican sus autoras. 

Por eso, la protagonista de esta historia también es una "butch de manual, politizada y activista". Las encargadas de darle vida, el equipo de Parole de Queer, han desarrollado además un tipo de superheroína que nunca antes pudieron leer. Ella es gorda -orgullosamente gorda-, vegana, con super poderes bolleros como las letales tijeretas, el poder del supercamión -que le permitirá aplastar a los acosadores callejeros- o la discoteca con música de petardeo, como método infalible para noquear a sus rivales. "Queríamos que la rara, la abyecta, la mutante fuese la protagonista de la historia, en vez, del enemigue con el que acabar", cuentan. 

Además, con tal cometido, para vestirla también desafiaron las lógicas de lo mainstream, llevando más allá "las prendas sexualizadas" y que suelen hacer a este tipo de mujeres "muy deseables desde lo masculino". En su caso, SuperBollo viste con una chaqueta y unas botas de cuero veganas, unas bermudas rotas a lo punk y se reapropia del símbolo de la capa, "que desde la simiología se ha asociado tradicionalmente a la nobleza y el poder". 

A partir de aquí, la trama transcurre en el Raval de Barcelona, allí se encuentra Dela Ziga Volcano, "un cameo evidente a la escritora Itziar Ziga", quien dirige la revista Ovarios Liberados y donde conviven las activistas de esta historia. Será justo ahí desde donde tendrán que enfrentarse a la L.E.F.A, una malvada organización cuya intención es asesinar a todas las mujeres rebeldes, es decir, aquellas que se quieran divorciar o no quieran obedecerles. Para combatirlos, además de los poderes antes citados, SuperBollo tiene la capacidad de conectar con la alteridad porque ella es alteridad, de ahí que sea capaz de atraer a los gatos y hacerlos compañeros suyos de lucha porque, según explican sus autoras, "también los animales están oprimidos por este sistema patriarcal".

Publicada a finales de mayo a través de la editorial Continta me Tienes, esta no es ni mucho menos la primera irrupción de Parole de queer, una revista que nació en el año 2006 en Alicante con el propósito de ser un archivo en tiempo real de la acción y la producción de las minorías de género y sexuales y de sus luchas. "No por la identidad, sino por eso que Foucault denominaba la invención de una nueva forma de vida", apostillan sus impulsoras. Con todo, durante estos años, la plataforma ha contado con la voz de diferentes personalidades tan importantes en el campo como Paul B. Preciado, Itziar Ziga, Del Lagrace Volcano, Shu Lea Cheang, Catia Faria, O.R.G.I.A, Lazlo Pearlman, Annie Sprinkle o PostOp. Y sus tiradas han recorrido durante años museos y locales culturales repartidos entre Valencia, Barcelona, Alicante o Madrid. El año pasado traspasaron además el charco con el número especial que conmemoraba su décimo aniversario. 

Un arduo trabajo que han querido completar ahora con la aparición de SuperBollo. Un proyecto colectivo, largo y complejo, articulado desde la precariedad más absoluta. Detrás de él, habitan las mentes pensantes de Irene Sala y Marían Torres, en el guión; Carla Gallén y Belo C. Atance en el comisariado; y la misma Carla Gallén, Miriam S. De ArcosBelo C. AtanceCoco GuzmánUve RiveraAmanda García OrozcoO.R.G.I.ASarah JonesDana NocheAndonella (Andrea Arsuaga) y Femimutancia (Julia Inés Mamone), en la ilustración. "Hemos apostado por un proyecto coral, en el que conviviesen diversos posicionamientos estéticos. Lxs artistas bien sabemos que cada pequeña decisión gráfica es también una elección política: ¿qué corporalidades quiero representar?, ¿en qué genealogía se ubica la estética que utilizo?, ¿desde dónde cuento esta historia?, y en contadísimas ocasiones tenemos la oportunidad de participar en proyectos colaborativos de este tipo. Por ello, contactamos con artistas locales y foránexs, de habla hispana, que tuviesen una práctica artística relacionada, de alguna forma, con el mensaje que pretendíamos hacer llegar". 

Una cómic que, admiten, nace del horror que les produce el terrorismo machista, "tanto por la violencia que se ejerce sobre las mujeres y otros cuerpos disidentes, como por la invisibilización y la poca atención que los medios de comunicación y los poderes públicos dedican a este tema", señalan, y agregan: "Estamos inmersas en pleno feminicidio y transfeminicidio mundial y este horror no sale todos los días en las primeras portadas ni se decreta una alarma nacional o mundial. Imaginaos que estuviesen asesinando, en el Estado Español, a unos 50 o 60 hombres blancos cis al año, por una banda organizada según una determinada ideología. ¡Sería un escándalo público! Y precisamente con las mujeres y otros cuerpos disidentes, no lo es". 

"En nuestra mente, cada vez que un periódico decía cae una mujer de un balcón, en vez de su marido la empuja del balcon, o fallece una joven por disparos de una escopeta, en vez de fue asesinada por su exmarido a tiros, nos hervía la sangre. Así como cuando Zapatero, el gran presidente gayfriendly, en pleno feminicidio decidió eliminar el Ministerio de Igualdad, un ministerio prioritario para luchar contra esta lacra del machismo, o como poco a poco se han ido reduciendo los fondos para mujeres maltratadas o las escandalosas sentencias judiciales donde un tribunal por ejemplo no vio saña en las 37 puñaladas que un marido le propinó a su mujer o que partidos como VOX quieran eliminar la ley de violencia de género en pleno feminicidio. Entonces, al igual que a Bollis Bane una de las protagonistas del cómic, a nosotras nos vino a la mente la palabra conspiración, todo esto parecía una conspiración patriarcal para seguir perpetuando esta violencia y, por ende, sus privilegios", incide Irene Sala.

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