Tras la investigación y al preguntarles a los niños por las actividades de ocio preferidas el consumo de pantallas ocupa posiciones bastante atrás, entre la quinta y la sexta posición. Desde AIJU destacan que esta investigación ofrece una esperanza de que, con el entorno y la motivación adecuados, los niños pueden preferir y disfrutar más del juego tradicional
Hemos escuchado a niños de entre 5 y 10 años a los que les hemos preguntado, ¿Qué es lo que más les gusta hacer en su tiempo libre?. Ellos han respondido a la primera, sin saber lo que les íbamos a preguntar. Sólo uno ha nombrado una tablet.
Y es que a pesar del uso extendido de dispositivos digitales, para estos niños no son la primera opción de ocio. Esa ha sido también una de las conclusiones del Instituto Tecnológico de Productos Infantiles y Ocio (AIJU) que ha llevado a cabo una nueva investigación que destaca el impacto del juego y el uso de dispositivos digitales en los niños.
Tras la investigación y al preguntarles a los niños por las actividades de ocio preferidas el consumo de pantallas ocupa posiciones bastante atrás, entre la quinta y la sexta posición.
Desde AIJU destacan que esta investigación ofrece una esperanza de que, con el entorno y la motivación adecuados, los niños pueden preferir y disfrutar más del juego tradicional.
Hablamos con Pablo Busó, coordinador del área de investigación infantil y pedagogía de AIJU.
AIJU se especializa en investigar el comportamiento del usuario infantil, realizando estudios anuales tanto en abril, con motivo del Día del Niño, como en noviembre, cuando presentan su proyecto estrella, la Guía de iPhone. Este año, el enfoque ha sido analizar el potencial comparativo del juego y los juguetes tradicionales frente a los dispositivos digitales dentro del aula. La investigación abarcó las opiniones de alumnos, padres, madres y profesores, buscando entender las dinámicas actuales del juego.
Busó destaca que uno de los hallazgos más alarmantes es el exceso de tiempo que los niños pasan frente a las pantallas. "El 75% de los niños pasan más tiempo del recomendado por los expertos frente a las pantallas". Esta preocupación no solo es compartida por los padres, sino también por los profesores, quienes consideran que las familias no son completamente conscientes de los peligros que implica este consumo excesivo.
A pesar del uso extendido de dispositivos digitales, la investigación reveló que estos no son la primera opción de ocio para los niños. "Cuando preguntamos sobre las actividades de ocio preferidas por los niños, el consumo de pantallas ocupa posiciones bastante atrás, entre la quinta y la sexta posición. Lo que prefieren los niños principalmente es estar y jugar con sus amigos", comentó Busó. Esto ofrece una esperanza de que, con el entorno y la motivación adecuados, los niños pueden preferir y disfrutar más del juego tradicional.
Según Busó, aunque en los últimos años ha habido un aumento en el consumo de pantallas, ahora se percibe una alarma social al respecto. "Desde 2019, hemos visto un consumo cada vez mayor de pantallas, pero ahora hay una movilización tanto desde la comunidad educativa como desde el ámbito legal y familiar, conscientes de los riesgos asociados,". Este cambio de tendencia es fundamental para abordar los problemas físicos y mentales derivados del uso excesivo de pantallas.
Los estudios sugieren que el juego tradicional no solo es igual de efectivo, sino a menudo más beneficioso que el aprendizaje a través de dispositivos digitales. Busó enfatizó que el juego es la "principal medicina recetada por la mayoría de médicos y pediatras para la infancia". El juego libre, sin supervisión constante de adultos, es crucial para el desarrollo de habilidades sociales y de resolución de problemas en los niños.
En respuesta a estos hallazgos, algunas escuelas ya están implementando iniciativas para fomentar el juego tradicional en los patios. "En muchos colegios, se han hecho obligatorios juegos antiguos, como el Sambori, que los niños recuperan ahora y que pueden jugar en sus patios," mencionó Busó. Estas iniciativas pueden ser muy beneficiosas, promoviendo la interacción y la negociación entre niños de diferentes edades y sexos.
Busó subrayó la importancia de proporcionar tiempo y espacio para el juego libre. "Lo que necesitamos es motivar a los niños para que jueguen de manera libre y no supervisada, algo que resulta muy enriquecedor”. Este tipo de juego permite a los niños desarrollar habilidades importantes sin la intervención constante de los adultos.
La investigación de AIJU resalta la necesidad de equilibrio entre el uso de dispositivos digitales y el juego tradicional. Mientras que los dispositivos digitales tienen su lugar y pueden ofrecer beneficios, es crucial que los niños también tengan la oportunidad de jugar libremente y desarrollar habilidades esenciales a través del juego tradicional. La comunidad educativa, las familias y la sociedad en general deben trabajar juntos para crear un entorno que fomente un desarrollo saludable y equilibrado para los niños.
Dirección: Rafa Lupión | Redacción: Lucía Nadal | Producción: Nacho Guerrero
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