En la última jornada del XXXVII Congreso de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), celebrado en Castellón, conversamos con Pascual Máximo, director del Área de Abastecimiento de FACSA. Máximo subraya los enormes retos que enfrenta el sector del agua, especialmente en un contexto de sequía y cambio climático.
El abastecimiento de agua se presenta como uno de los mayores desafíos, dado que el agua es un recurso cada vez más escaso y esencial para la humanidad. Máximo destaca que la sequía actual en la Comunidad Valenciana y otras partes de España ha puesto de manifiesto problemas profundos que requieren soluciones urgentes. "Tenemos que gestionar este recurso con eficiencia y sostenibilidad para no dejar a las futuras generaciones en una situación peor", afirma.
En los últimos 20 o 30 años, las ciudades españolas han logrado avances significativos en infraestructuras gracias a la financiación de fondos europeos. Sin embargo, estos fondos se han agotado, y actualmente hay un déficit de inversión que está deteriorando las infraestructuras existentes. Máximo señala que más del 50% de las redes de abastecimiento y alcantarillado tienen más de 30 años, lo que incrementa las pérdidas y fallos. "La solución está en la Directiva Marco del Agua desde el año 2000, que nos da las líneas de actuación para gestionar los recursos con eficiencia y sostenibilidad", explica.
El panorama es complicado debido a la superpoblación, el cambio climático y las infraestructuras deterioradas. Máximo enfatiza la urgencia de actuar, ya que las soluciones actuales tendrán efecto en unos años. "Toda solución que pensemos ahora va a empezar a hacer efecto dentro de unos años", dice. La planificación es crucial, ya que la falta de inversión en los últimos años ha deteriorado las infraestructuras. Máximo asegura que las soluciones técnicas existen y que el problema radica en la gobernanza y la falta de un regulador común para todos los servicios de agua en España.
Máximo señala que en España hay 8.125 municipios, cada uno con su propio regulador. Esto crea disparidades en la gestión del agua, con algunos municipios renovando infraestructuras y otros no. Propone la necesidad de una normativa que establezca un nivel de calidad mínimo y que todos los municipios estén obligados a cumplir. "Para eso hace falta inversiones y una decisión política a largo plazo", añade.
España tiene una de las tarifas de agua más bajas de Europa, lo que ha permitido que los costes de explotación se mantengan, pero no los de inversión. Máximo sostiene que es necesario repercutir estos costes en la tarifa de agua para poder invertir en nuevas infraestructuras. "Un aumento de tarifa es necesario para garantizar la disponibilidad de agua a largo plazo", asegura. También menciona que las familias españolas destinan un porcentaje muy bajo de su renta al agua, por lo que un incremento sería asumible para la mayoría, aunque reconoce la necesidad de políticas de ayuda para las familias más vulnerables.
La situación actual de sequía y la falta de recursos hídricos son una alerta que requiere acción inmediata. Máximo explica que los fenómenos de sequía y la falta de recursos son cada vez más frecuentes y extremos, lo que complica la gestión del agua. "La alerta está aquí, tanto en cantidad como en calidad", advierte. Además, menciona los problemas emergentes de contaminantes como antibióticos y microplásticos, que requerirán nuevos tratamientos y sistemas para garantizar la calidad del agua.
Pascual Máximo concluye con un llamado a la acción inmediata para abordar estos desafíos y garantizar un futuro sostenible para el abastecimiento de agua. "La fecha límite es hoy; debemos actuar ahora para evitar que la situación empeore", concluye.