La campaña citrícola avanza y encara ya la recta final. Después de que la temporada pasada cerrara con una caída productiva importante tanto en la Comunitat Valenciana como a nivel estatal, la segunda parte de la campaña actual se está viendo afectada por diferentes factores.
Hoy nos centramos en uno de ellos, las importaciones de cítricos desde Egipto. La competencia del país de los faraones, muy seria en los últimos años en lo que se refiere a las naranjas y al alza, se ha acrecentado todavía más en las últimas semanas por el cierre del mar Rojo debido a los conflictos armados.
Los exportadores egipcios derivan a los mercados europeos parte de los envíos que habían programado a Asia y están provocando una saturación de los mismos tal y como afirma el sector, que se ha manifestado en diferentes ocasiones para pedir reciprocidad a las importaciones de países terceros. ¿De qué manera afectan estas importaciones? ¿Es Egipto el único problema o se utiliza de cabeza de turco para bajar el precio de las naranjas en el campo?
Hablamos de este tema con el director de Castellón Plaza, Ramón Olivares y con Jenaro Aviñó, Presidente de la Lonja de Cítricos de Valencia y Director de AVA-ASAJA. Olivares señala que esta anomalía ha sido provocada por una serie de factores geopolíticos, incluidos los conflictos en el Mar Rojo y el Golfo Arábigo, que han obstaculizado las exportaciones de Egipto hacia Asia, impulsándolas hacia el mercado europeo.
Por su parte Aviñó ha expresado su preocupación por el impacto de estas importaciones en Europa, especialmente en España y la Comunidad Valenciana, que representa la mitad de la producción citrícola del país. Aviñó considera que las condiciones laborales y fitosanitarias en Egipto difieren considerablemente de las europeas, lo que genera una competencia desleal para los productores locales.
En cambio, según indica Jenaro Aviñó las estadísticas de la Comisión Europea revelan un aumento significativo en las importaciones de cítricos egipcios en Europa. En enero, se exportaron aproximadamente 45.000 toneladas, un aumento sustancial en comparación con el año anterior. Aviñó advierte que esta tendencia al alza podría amenazar la estabilidad del mercado citrícola europeo y afectar negativamente a los precios locales.