Los videojuegos siempre han tenido una relación compleja con la psicología, su capacidad para crear adictos que terminan en las consultas clínicas es bien conocida. Y apenas se ha aprovechado su potencial para ayudar en el tratamiento de problemas de salud mental como el estrés o la ansiedad.
La Universidad Jaume I de Castellón ha presentado una innovadora tesis que destaca el potencial terapéutico de los videojuegos en el tratamiento de la depresión leve o moderada. Águeda Gómez, autora de la investigación, ha desarrollado "Horizon: Resilience", un videojuego que combina la tecnología con la psicología para abordar este trastorno mental prevalente en la sociedad.
El juego, diseñado como una intervención psicológica basada en la terapia cognitivo-conductual y la psicología positiva, utiliza el sensor de movimiento del smartphone para fomentar la actividad física como parte del tratamiento.
La evaluación del juego, realizada tanto por terapeutas como por pacientes, ha arrojado resultados muy positivos, con valoraciones favorables sobre su efectividad en el tratamiento de la depresión.
Hablamos con Águeda Gómez, doctora en informática e investigadora del Instituto de Nuevas Tecnologías de la Imagen en la Universidad Jaume I de Castellón. Gómez nos cuenta cómo su relación personal con los videojuegos la llevó a cuestionar el potencial subutilizado de estos medios, especialmente en el ámbito educativo y terapéutico. Esta inquietud la impulsó a combinar su conocimiento en informática con la psicología, dando lugar al innovador proyecto de Horizon: Resilience. No se trata solo de un juego, es una intervención psicológica diseñada para abordar la sintomatología depresiva leve a moderada.
Águeda Gómez comparte cómo el juego combina elementos de ciencias de la computación y psicología para fortalecer la resiliencia de los jugadores y ayudarles a enfrentar sus desafíos diarios. Revela los desafíos y logros del proceso de desarrollo del juego. Desde aprender psicología hasta trabajar en equipo con expertos en salud mental, cada paso del camino presentó nuevos retos y aprendizajes. Sin embargo, el resultado final, Horizon: Resilience, es un testimonio del poder de la colaboración interdisciplinaria y la innovación tecnológica. Además, Gómez comparte la impactante retroalimentación recibida de terapeutas y pacientes que han experimentado el juego.
Desde la utilidad de las conversaciones con los personajes del juego hasta la motivación generada por las mecánicas de recompensa, los participantes aprenderán sobre los efectos positivos que Horizon: Resilience ha tenido en la vida de las personas que enfrentan la depresión.
El Horizon: Resilience comienza con la historia de una familia que tiene que dejar su casa y mudarse a un bosque en el que está todo por hacer. En la pantalla del móvil aparece un campo verde y una interfaz parecida a los juegos de móvil tradicionales. “El objetivo es hacer que el pueblo progrese”, explica Gómez, “mejorando la resiliencia de sus habitantes”.
Para poder construir edificios y atraer a más población, el jugador tiene que conseguir puntos (en el juego se llaman “energía”) desarrollando cuatro componentes: la motivación para el cambio, la flexibilidad cognitiva, la activación conductual (moverse y andar por la calle) y el fomento de las emociones positivas. También es posible conseguir energía contestando al cuestionario diario que evalúa el estado psicológico del paciente/jugador, entrando en la biblioteca para aprender técnicas para trabajar la depresión o hablando con los vecinos del pueblo.
Le preguntamos por el futuro del proyecto, su intención es la de expandir y mejorar el videojuego en el futuro. Desde estudios piloto controlados hasta la implementación de nuevas características de accesibilidad.
De momento, como nos decía la creadora del videojuego, hacen falta más fondos para la investigación. Con más financiación, apunta Gómez, sería factible contratar a gente profesional, o colaborar con la empresa privada para desarrollar estas herramientas y que los psicólogos puedan utilizarlas en sus consultas, que es uno de los objetivos para los que se ha creado.