Según el calendario tradicional chino, este año 2023 será el 4721. Dicha cifra proviene del inicio del reinado del mítico Emperador Amarillo, Huangdi, en el 2698 a. C. Si a ese número de años antes de Cristo le sumamos los actuales 2023, obtenemos el 4721 que se celebra este año. En el calendario gregoriano, el inicio de la Fiesta de la Primavera, que es como se conoce al Año Nuevo en China, normalmente corresponde al periodo comprendido entre el 21 de enero y el 20 de febrero, es decir, lo que dura un ciclo lunar Las celebraciones de este año 2023 comienzan el domingo 22 de enero y finalizan el 5 de febrero, con la conocida como Fiesta de los Farolillos, que pone el punto final a dos semanas de festejos en toda China. La fiesta final coincide siempre con la primera luna llena del año tradicional chino. Hablamos de ello, en La Entrevista, y de la integración de la comunidad china en territorio valenciano con Vicente Andreu, director del Instituto Confucio de la Universitat de València.
En esta edición, y tras las dos suspensiones de 2021 y 2022 por la pandemia, se retoma la conmemoración principal del Año Nuevo Chino en la ciudad de València. Este sábado, partir de las 18:00, se celebrará la X Gran Cabalgata del Año Nuevo Chino, organizada por las Asociaciones de Empresarios y Comerciantes de China; así como con la colaboración del Ayuntamiento de València y del Instituto Confucio. "El objetivo es dar a conocer la cultura china a todo el mundo, dar a conocer para que ellos se integren pero para que ellos conozcan también nuestras fiestas, sinergia de dos vías, los chinos quieren celebrar su fiesta pero, la gran diferencia, es que quieran celebrarla con nosotros, porque esta fecha es equivalente a la Nochebuena, y se pasa con la familia", apunta Andreu.
Integración es la cuestión clave. En el imaginario colectivo puede existir una sensación de muro entre ambas poblaciones. Aunque no es bueno generalizar, Andreu asegura que en territorio valenciano se dan circunstancias que invitan al optimismo. "Siendo peligroso generalizar, puedo asegurar que en València se confluye mejor que en otras partes de España, primero por el clima, la mayoría de los que viven en València vienen de climas templados, hay elementos comunes como la fiesta, el arroz, es la base y una vez conoces a los chinos, son tan joviales como nosotros, y claro que hay problemas sobre todo porque cuesta por un tema de comunicación, sobre todo con las primeras generaciones, pero las segundas y terceras generaciones son las que empujan a integrarse, que es diferente a otras zonas, donde se quedan en las zonas de confort, aquí, no, aquí hay más integración", explica el responsable del Instituto Confucio.
No obstante, es evidente que los tópicos siguen teniendo mucha fuerza. "Los tópicos se desmoronan cuando se viaja, y a ellos les pasa igual, ahora ya viajan, y se dan cuenta que se tienen que integrar", sostiene Andreu.
Integración cultural y empresarial, mercantil, que se da pero solo, según Andreu, en una vía. "La cultura empresarial es muy importante para integrarse, y ahí fallamos nosotros, los chinos han aprendido nuestra cultura para hacer negocios con nosotros, en nuestro caso no hemos aprendido a hacer negocios con ellos, es un error, por falta de conocimiento cultural y empresarial".
Incide el director del Confucio que lo tienen muy claro en todos los sentidos. Cabe recordar que, además, existe una vía de negocios común: la ruta de la seda, que es un punto de encuentro y de hermanamiento entre los dos pueblos. "Ellos sí apuestan y van más allá de la ruta de la seda antigua, quieren una mucho más moderna, son muy prácticos y pragmáticos con el dinero, nosotros para hacer fiestas, un poco fenicios para los negocios, pero somos muy individualistas, no vamos todos juntos, y los chinos, sí", explica Vicente Andreu.