Este martes, el Consejo de Ministros aprobaba el Anteproyecto de Ley Integral de la Economía Social y la Estrategia Española de la Economía Social 2023-2027, unas medidas que, según el Ministerio de Trabajo y Economía Social, constituyen un «espaldarazo para dinamizar, visibilizar y consolidar» un modelo productivo que engloba alrededor de dos millones de puestos de trabajo en España. Además, el pasado 10 de marzo el Consell aprobó la modificación de la Ley de Cooperativas de la Comunitat Valenciana que fue convalidada en Les Corts por unanimidad. Socialistas, populares, Compromís, Ciudadanos, Vox y Unides Podem dieron su apoyo a esta reforma planteada por el sector cooperativo a través de su organización representativa: Concoval (Confederació de Cooperatives de la Comunitat Valenciana), con cuyo presidente, Emili Villaescusa, hablamos en La Entrevista.
Que haya unanimidad, consenso, además de ser poco habitual es motivo de satisfacción para la Confederación que tiene, bajo su abrigo, a dos mil seiscientas empresas, dando empleo directo a casi 60.000 personas, y con un volumen de ventas total cercano a los 8.000 millones de euros, lo que supone un 7’1 % del PIB autonómico. "Hay que estar orgullosos del trabajo y de los resultados, la modificación nace de nuestro impulso, digamos que es una cosa recurrente. Cada diez años hay que modificar las normas, y es importante para que sigamos siendo competitivas", apunta Villaescusa.
Entre otras cosas se estrecha, así, la brecha para la constitución de las cooperativas, con el resto de sociedades y se ponen las vías para el desarrollo de las cooperativas emergentes.
No obstante, aunque la Comunitat es tierra de cooperativas, aún con el Consell apostando y glosando las bondades del sistema, aún con su impulso, sigue sin contar con el diálogo social. ""Por los números, por el modelo que viene a resaltar una manera distinta de hacer economía, el cooperativismo debería tener mayor participación, es una reivindicación histórica. Esto responde por cómo se conceptúa el diálogo social, entre patronal y sindicatos que organizan todo. El diálogo social debe ser más amplio, conforme a la realidad. La fuerza de los hechos debe salvar esas resistencias", sostiene el representante del cooperativismo. Es decir que pintan mucho en el plano económico pero no en el político. "Digamos que el cooperativismo progresa adecuadamente pero necesita mejorar".
Así que no participan de la legislación y de las políticas públicas. "Si no estás, solo llegas al final, no puedes influir". Y eso, por ejemplo, podría mejorar la lucha contra la despoblación. "Allí donde no hay servicios, se podrían dar y conseguir evitar la despoblación". En este sentido, Villaescusa, habla de la hoja de ruta del futuro del cooperativismo. "Las cooperativas polivalentes pueden ser las que estiren del mundo económico, desde el punto de vista de los cuidados, de las comunidades energéticas, de la explotación de la tierra que queda, y de tantos otros aspectos, que podrían ser integrales. Un grupo de personas que podrían hacer cosas como revitalizar zonas", explica Villaescusa, que también destaca el impulso de las cooperativas de vivienda o de emprendedores, "cada vez más jóvenes se interesan por este modelo, por los valores, por las condiciones", asegura el presidente de Concoval.