Cada 17 de noviembre, el Día Mundial Contra el Cáncer de Pulmón nos recuerda la magnitud de una enfermedad que sigue siendo una de las más mortales, pero en la que se están logrando avances significativos. Con ese objetivo, hablamos con el doctor Sergio Sandiego, médico adjunto del Servicio de Oncología Médica del Instituto Valenciano de Oncología, para entender mejor qué está ocurriendo en torno a esta patología, cómo está evolucionando y qué podemos esperar del futuro más próximo.
Más diagnósticos, más ensayos, más posibilidades
El doctor Sandiego destaca una doble realidad: por un lado, preocupa el crecimiento lento pero sostenido en la incidencia del cáncer de pulmón, que en 2025 podría superar los 34.000 nuevos casos anuales en España. Por otro, el panorama clínico ofrece motivos para el optimismo, con nuevas terapias disponibles, más ensayos clínicos y una apuesta firme por el tratamiento precoz incluso en estadios tempranos.
“Estamos viendo una mayor presencia de mujeres entre los nuevos diagnósticos, y eso probablemente se deba a una incorporación más tardía al hábito tabáquico en comparación con los hombres”, señala. Aunque los casos en personas no fumadoras siguen siendo minoritarios, hay un mayor conocimiento sobre las alteraciones moleculares que los provocan, lo que permite tratamientos más personalizados.
Romper con la culpa y el estigma
Uno de los desafíos más silenciosos del cáncer de pulmón es el estigma que arrastra el diagnóstico, una culpa autoimpuesta que afecta emocionalmente a muchos pacientes. “Lo primero que preguntamos es si hay tabaquismo, porque eso condiciona el abordaje clínico, pero la conversación debe centrarse en ayudar al paciente, no en juzgarle”, afirma el oncólogo. “Cuando muchas personas empezaron a fumar, no existía la información que tenemos hoy”.
El especialista recuerda que incluso quienes han dejado el tabaco siguen obteniendo beneficios clínicos importantes. “Nunca es tarde para dejar de fumar. Mejora la tolerancia a los tratamientos y reduce el riesgo de recaída”.
Diagnóstico precoz: una prioridad pendiente
En cuanto al cribado, España sigue sin implantar de forma sistemática programas dirigidos a personas con alto riesgo, como grandes fumadores entre los 50 y los 75 años. A pesar de que países como Estados Unidos o los Países Bajos ya han demostrado la eficacia de estas estrategias para reducir la mortalidad, aquí los estudios piloto todavía no se han traducido en políticas sanitarias generalizadas.
“Tenemos experiencia acumulada con programas como Casandra, que muestran el valor de detectar el cáncer de forma precoz. Pero para consolidarlo, hace falta definir bien el perfil de riesgo y disponer de la infraestructura necesaria”, apunta.
Nuevas terapias: hacia una enfermedad crónica
El tratamiento del cáncer de pulmón ha cambiado radicalmente en los últimos años. Aunque la quimioterapia sigue teniendo su espacio, han aparecido opciones menos agresivas y más efectivas, como la inmunoterapia o las terapias dirigidas a alteraciones genéticas específicas.
“El análisis molecular del tumor nos permite hoy dar con tratamientos que actúan justo sobre el talón de Aquiles del cáncer. Se toleran mejor, se toman por vía oral en muchos casos, y están logrando que una parte creciente de pacientes viva más y mejor”, explica el doctor Sandiego. Esto se traduce en supervivencias que duplican las de hace quince años, e incluso en algunos casos se empieza a hablar de curación.
Investigación: el siguiente salto
Desde el Instituto Valenciano de Oncología, Sandiego destaca varias líneas de investigación prometedoras. Una de ellas es el uso de la biopsia líquida para detectar recaídas antes de que se evidencien en una imagen, mediante el análisis del ADN tumoral en sangre. Otras áreas en expansión incluyen las nuevas generaciones de terapias dirigidas, combinaciones con inmunoterapia y tratamientos innovadores como los anticuerpos conjugados, que actúan como un caballo de Troya dentro de la célula tumoral.
Una llamada al realismo optimista
En este Día Mundial Contra el Cáncer de Pulmón, el mensaje del doctor Sandiego es claro: hay razones para el optimismo. “Las terapias mejoran, los ensayos clínicos avanzan rápido y cada vez diagnosticamos antes. Estamos cronificando muchos casos que antes eran prácticamente intratables y estamos viendo a pacientes vivir años sin recaídas”.
Pero también hay un recordatorio importante: “El tabaquismo sigue siendo el principal factor de riesgo. Nunca es tarde para dejarlo. Y si aparecen síntomas como tos persistente, cambios en la voz, dolor torácico o sangrado al toser, hay que consultar sin demora”.
Conocer la enfermedad y eliminar el estigma son pasos clave para avanzar. Porque el cáncer de pulmón, aunque complejo, ya no es una sentencia definitiva. Y porque detrás de cada avance clínico, hay profesionales, investigación y decisiones informadas que cambian historias.