La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022, más conocida como COP 27, es la 27ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el asunto y que se celebra desde domingo y hasta el 18 de noviembre de 2022 en Sharm El Sheikh, Egipto. Hasta la fecha la más celebre fue la COP21, celebrada en Francia en 2015, más conocida como El acuerdo de París. Hablamos de ello con Jorge Olcina, que es Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante. Director del Laboratorio de Climatología de dicha Universidad. Fue ponente en el Año Internacional del Planeta Tierra (UNESCO) y ha sido revisor del 5º Informe del IPCC.El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático y autor del libro 'Cambio climático en el Mediterráneo: procesos, riesgos y políticas'.
Hay mucho escepticismo sobre el resultado de esta COP 27, dados los precedentes ya que los países que más contaminan, China, India, EEUU y Rusia, o no se adhieren a los acuerdos o, directamente, ni aparecen. Pero aún así se buscan varios objetivos importantes. "Esta cumbre de Egipto tiene dos tareas importantes que hacer, por un lado, aprobar, definitivamente, el fondo económico que los países ricos tenemos que ceder a los países en vías de desarrollo para que apliquen políticas de contención contra el cambio climático y luego, desarrollar una hoja de ruta a escala local, las ciudades deben jugar un papel fundamental en labores de mitigación", remarca Olcina.
No obstante, la realidad es muy tozuda y a pesar de los esfuerzos, los acuerdos políticos se difuminan a gran velocidad. "Lo mejor de estas cumbres son los informes científicos que se van presentando y que son incontestables donde se aportan datos de lo que ocurre, luego están los acuerdos que la política debe ponerlo en marcha es lo que vemos que está fallando" , sostiene el catedrático.
En este contexto, parece evidente que las evidencias han superado, "desde hace años", a las creencias. Aunque también existe el reverso de los negacionistas. Son los catastrofistas que auguran ciudades engullidas por el mar en un breve periodo de tiempo. Olcina rechaza ese tipo de mensajes. "Siempre pienso que el cambio climático hay que 'venderlo' como una oportunidad, una oportunidad para hacer las cosas bien, de cambiar en nuestra relación con la tierra, con la atmósfera que hemos maltratado emitiendo gases, es el momento de hacerlo, si abusamos de un mensaje catastrófico de que no haya nada que hacer, estaríamos agravando la situación aunque sea sin tener esa intención"
Cuesta visualizar que en un mundo dominado por el capitalismo, manejado por los mercados, se pueda alcanzar un escudo ante los efectos adversos del cambio climático, pero Olcina se muestra optimista. "Hay quien desde posturas radicales indican que desde el seno del capitalismo, será difícil obtener políticas que luchen contra el cambio climático, pero bueno, no creo que debamos hacerlo, hay que ser positivo, optimista, estamos en un momento decisivo, y más cuando como sociedad no le damos importancia porque estamos preocupados en el día a día".
Su visión positiva se refrenda en casi cada respuesta hasta que se define como un obligatoriamente optimista. Debe serlo, pues entiende que hay tiempo para mitigar los efectos nocivos. Eso sí, debe ser ya. "Todavía hay posibilidades para revertir la situación, el ser humano debe mostrar su inteligencia, la investigación va a jugar un papel importante y la política y la economía deben apoyar esa investigación", proclama el experto.