Santiago Escobar lidera la Cátedra de Ciberseguridad INCIBE-UPV, fruto del convenio entre el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), entidad dependiente del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, a través de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, y la Universitat Politècnica de Valencia y es una de las veinte promovidas por INCIBE en España. Con sede en la UUPV, esta cátedra tiene un objetivo claro: “Fomentar la ciberseguridad en la Comunidad Valenciana”, afirma Escobar. “Somos la única cátedra INCIBE en la región, y desde el principio vimos que había que impulsar su visibilidad, aplicabilidad y alcance”.

La Cátedra de Ciberseguridad INCIBE-UPV está incluida en el programa de Cátedras de Ciberseguridad en España, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con la financiación de los Fondos Next Generation-EU.

Desde su creación, la cátedra trabaja en múltiples frentes: formación, divulgación, investigación e incluso proyección internacional. “No se trata solo de formar a profesionales o de hacer estudios académicos”, explica Escobar, “sino de movilizar a la sociedad en su conjunto”. Prueba de ello son los encuentros sectoriales, como el que organizaron recientemente sobre el impacto de la ciberseguridad en la industria agroalimentaria. “Muchos creen que no les afecta, pero en un sector tan regulado, un ataque puede tener consecuencias gravísimas, incluso sanitarias”, advierte.

Tecnología, conexión y prevención

Aunque la cátedra no se dedica a crear software comercial, sí impulsa desarrollos tecnológicos que, en el futuro, podrían convertirse en herramientas útiles. “Nuestro foco está más en generar conexión entre el entorno académico y empresarial”, señala Escobar. Ese vínculo se refleja también en proyectos internacionales: “Yo mismo colaboro desde hace años con entidades como la NASA, pero también con empresas locales a las que asesoramos o acompañamos en iniciativas de innovación”.

En materia de formación, la UPV cuenta con un máster en ciberseguridad que ha sido reconocido como el mejor de España en su categoría. “Estamos muy orgullosos del trabajo hecho”, afirma. “La mayoría de las empresas de ciberseguridad de la zona están contratando a nuestros egresados”. A ello se suma una oferta creciente de cursos de posgrado y especialización, gestionados desde la propia universidad.

El reto: anticiparse a lo que viene

Pese a los avances, Escobar cree que la ciberseguridad se enfrenta a desafíos cada vez más complejos. “Antes la gente ni entendía un mensaje falso por WhatsApp. Ahora estamos más concienciados, pero eso también implica que los atacantes van un paso por delante”, alerta. Tecnologías como la inteligencia artificial, la computación cuántica o los nuevos lenguajes de programación abren posibilidades… y también vulnerabilidades.

“La ciberseguridad es transversal. Cualquier nuevo desarrollo la necesita”, insiste. Por eso, considera que la universidad tiene que seguir jugando un papel clave, no solo formando perfiles técnicos, sino impulsando una cultura preventiva. “Estamos avanzando, pero hay mucho por hacer. Y las cátedras pueden ser la bisagra perfecta entre ciencia, empresa y sociedad”.