Cristóbal estudió interno en el Colegio Dominicos de Valencia y rememora aquellos años con una sonrisa muy sincera. “Los internos vivíamos en la Gran Vía Marqués del Turia, a veces íbamos a visitar a los amigos de Maristas”. Me habla de aquella Valencia del tranvía, de cómo la primera vez que vio las Fallas le impresionaron y de su actividad agraria y comercial en la Lonja de Mercaderes.

El presidente de AVA-ASAJA explica con detalle, conocimiento y pasión la grave situación de la agricultura valenciana y denuncia la inacción total de la clase política: “Valencia es el farolillo rojo de Europa en número de tierras abandonadas y en baja tasa de reposición de nuevas generaciones de agricultores.”. Razonamos sobre el desapego del mundo urbano y la agricultura y enfatiza con razón: “el problema de las neveras llenas, los urbanitas no valoran el trabajo del agricultor y creen que la fruta o la carne salen solas del lineal del supermercado.”