El Centro Tecnológico de la Energía (ITE) trabaja activamente en el desarrollo de soluciones innovadoras que faciliten la transición energética de las empresas. En el marco de su estrategia de I+D+i, destacan dos proyectos punteros: Recilion, centrado en el reciclaje de baterías, y H2Enry, una red de excelencia para impulsar el hidrógeno renovable. Iván Esteve y María Porcel, responsables de estas áreas en ITE, detallan el alcance de ambos proyectos y su impacto directo en el tejido industrial.
H2Enry: el impulso colaborativo al hidrógeno renovable
María Porcel, responsable de la línea de Materiales para el Hidrógeno del ITE, explicó que H2Enry es una red colaborativa integrada por cinco centros tecnológicos nacionales: ITE, Leitat, EnergyLab, AICIA y Cidetec. Financiada por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) a través del programa Cervera de Excelencia, esta iniciativa tiene como objetivo acelerar el desarrollo y la implementación de tecnologías sostenibles basadas en hidrógeno.
“H2Enry aborda los principales desafíos técnicos y económicos asociados a la producción, almacenamiento y uso del hidrógeno renovable”, señaló Porcel. La transferencia de conocimiento entre centros, el uso compartido de infraestructuras y el trabajo conjunto permiten impulsar soluciones aplicables a sectores como el químico, petroquímico o cerámico, contribuyendo de forma directa a los objetivos de descarbonización de la industria.
Además del proyecto H2Enry, ITE trabaja en otras iniciativas a nivel regional, nacional y europeo que buscan reducir los costes de producción del hidrógeno, integrarlo con otras energías renovables y avanzar en la transformación energética.
Tecnología especializada al servicio de la sostenibilidad
Para el desarrollo de estas investigaciones, ITE dispone de infraestructuras altamente especializadas, como laboratorios de análisis y caracterización de materiales, así como una planta piloto que abarca toda la cadena de valor del hidrógeno: producción, almacenamiento y uso. “Además de contar con equipos técnicos punteros, es fundamental destacar el valor humano que hay detrás, con un equipo multidisciplinar de doctores e ingenieros altamente cualificados”, añadió Porcel.
Más allá de los proyectos de I+D, el área de hidrógeno del ITE también tiene un compromiso firme con la industria y la sociedad. “Queremos que las empresas aprovechen el conocimiento generado y, al mismo tiempo, trabajamos en tareas de divulgación y concienciación para facilitar la aceptación social de estas tecnologías”, afirmó Porcel.
Recilion: anticiparse al reto del reciclaje de baterías
Por su parte, Iván Esteve, responsable del área de Reciclaje, Revalorización y Sensores del ITE, presentó el proyecto Recilion, cuyo objetivo es desarrollar un proceso integral y sostenible para el reciclaje de baterías de ion-litio en fin de vida, optimizando la recuperación de materiales críticos como el grafito, litio, cobalto, níquel o manganeso.
El proyecto está financiado por IVACE+i y busca dar respuesta a una necesidad urgente: el aumento progresivo del número de baterías usadas derivadas de la electrificación del transporte. “El Reglamento Europeo de Baterías, en vigor desde agosto de 2023, ya establece objetivos de recuperación de materiales, por lo que las empresas deben prepararse para cumplir estas exigencias”, explicó Esteve.
Los beneficiarios directos del proyecto son los recicladores, los fabricantes de baterías, e incluso los desguaces, que deberán gestionar el creciente volumen de baterías provenientes del parque de vehículos eléctricos.
Previsión e infraestructuras clave para la economía circular
Según Esteve, la previsión tecnológica es un elemento clave tanto en Recilion como en toda la estrategia del área de economía circular del ITE. “Nos anticipamos al impacto de nuevas tecnologías para poder desarrollar a tiempo procesos de reciclaje y valorización. La legislación siempre termina marcando el ritmo, pero la tecnología debe adelantarse para estar preparada”, señaló.
En este ámbito, ITE dispone de diversas plantas piloto, un Battery Lab especializado en reciclaje y fabricación de baterías, y la planta piloto Circular Carbon, que utiliza tecnologías de alta temperatura para optimizar los procesos de recuperación de materiales.
Reciclaje vs segunda vida: dos fases complementarias
Esteve también aclaró la diferencia entre reciclaje y segunda vida de baterías. “Reciclar es descomponer completamente una batería para recuperar sus componentes cuando ya ha agotado su vida útil. En cambio, la segunda vida permite reutilizar baterías que ya no sirven para vehículos, pero aún tienen capacidad para otras aplicaciones como el almacenamiento energético doméstico o en comunidades energéticas”, explicó.
Este enfoque permite alargar la vida útil de las baterías, reducir residuos y contribuir a una economía circular más eficiente antes de que sea necesario proceder a su reciclaje final.
Tecnología y sostenibilidad de la mano
ITE demuestra, con proyectos como Recilion y H2Enry, que el desarrollo tecnológico es esencial para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y descarbonización. Su trabajo no solo genera soluciones aplicables al tejido empresarial, sino que también contribuye a posicionar a España como referente en energías limpias y economía circular.
Como concluye Iván Esteve, “la previsión, el conocimiento y la inversión en infraestructura son esenciales para construir un futuro más sostenible, competitivo y preparado para los desafíos que vienen”.