Este viernes entra en vigor la Ley de garantía integral de la libertad sexual, conocida como la 'ley del sí es sí' , que elimina la distinción entre agresión sexual y abuso y regula la necesidad del consentimiento expreso…una ley fue concebida como respuesta a la violación grupal por cinco hombres a una mujer de 18 años el 7 de julio de 2016 en Pamplona. Hablamos de este asunto con la abogada penalista Carmen Sánchez Morán, y con, la también abogada (jubilada) y ex política Cristina Almeida.
Vivimos unos tiempos en los que a todo lo que ocurre en el día a día y que destaca entre la enorme cantidad de información, se le tilda histórico pero en cualquier caso se considera que estamos a una ley de gran peso y significado. "Es una ley importante porque va poniendo las cosas en su lugar, en las que se está poniendo la sociedad por determinadas actividades. Antes el código penal las penalizaba de una manera, pero a la vista de lo que se fomenta como violencia sexual, el auge y la agresividad, pues se necesita hacer de un problema individual, uno social y con la ley se ha conseguido", entiende Almeida.
Mucho se hablado de las distinciones que hace la ley con respecto a la anterior normativa pero la realidad es que el consentimiento ya estaba regulado. "Del consentimiento esta ley no ha modificado nada, la falta de consentimiento libre siempre ha sido un requisito del tipo de los delitos de agresión y abuso sexual, incluso, en algunos supuestos, en los que la víctima fuera menor de 16 años, ni siquiera el consentimiento tenía relevancia porque se protegía la intimidad sexual, pero ya antes, no ahora con esta ley", señala Sánchez.
Almeida destaca también este punto pero para ella, "lo que más me importa es que se le da un sentido de problema social, las agresiones múltiples, la exposición en redes, hay una maldad y una falta de conciencia social de lo que se está cometiendo, esta ley está volviendo a poner los derechos de las víctimas, el agresor las tiene como persona humana, pero la víctima tiene otros derechos como persona agredida, y explica como se debe atender, a mi lo que me gustaría que no hubiera agresiones sexuales, no el trabajo que tengan los juzgados, esta ley habla de cómo se debe detectar en el trabajo, en el Ejército, en la judicatura y hay que preparar al personal que trabaja en ello, porque a veces se produce una doble victimización de la víctima cuando tiene que pasar por esos trámites judiciales sin ninguna garantía de comprensión", entiende Almeida.
La gran novedad es la distinción entre agresión sexual y abuso. "Es la mayor novedad y creo que es una buena decisión, porque se venía entendiendo que el abuso podía suponer que existía un derecho de uso del que se abusaba, es cierto que cualquier relación sexual sin consentimiento debe considerarse una agresión, el lo mejor que hace esta ley", sostiene la abogada Sánchez Morán, que pone, eso sí, un pero a la ley. "Creo que el legislador no ha reparado en una cosa y que puede propiciar otra modificación de la ley en breve, la verdad es que sí ha desaparecido el abuso por la agresión, pero se propuso que se hiciera realizando una graduación de las distintas circunstancias pero el legislador ha obviado esto, metiendo en el mismo saco las agresiones a través de violencia o intimidaciones que las llevadas a cabo a través del abuso de autoridad".