El conseller de Agricultura, Miguel Barrachina, ha resaltado el impacto positivo del buen tiempo en la actividad agrícola, destacando que las recientes lluvias han sido un alivio tras un período crítico de sequía. Recordó que el año pasado se destinaron 17 millones de euros para paliar los efectos de la sequía, que dejaron a algunos agricultores sin cosecha alguna, y subrayó que “no nos interesa nada que nuestros agricultores abandonen”, ya que el abandono de tierras representa “una derrota colectiva”.

Barrachina explicó que, a pesar de los desafíos habituales—como la necesidad de recuperar los caminos rurales que dificultan el acceso a los campos—la situación actual favorece la continuidad de la actividad agrícola, fundamental tanto para el abastecimiento local como para la exportación de productos. Asimismo, denunció lo que calificó de “prohibicionismo absurdo” en materia de tratamientos fitosanitarios, que ha dejado a los agricultores sin herramientas esenciales para combatir plagas y enfermedades. Sin embargo, apuntó a un cambio positivo con la llegada de nuevas directrices europeas que podrían aliviar estas restricciones.