VALÈNCIA. ¿Son los jóvenes de hoy más solidarios que los de final de siglo? ¿Tienen más inquietudes? , ¿tienen más tiempo? o ¿tienen más oportunidades para ayudar a los demás? En España, antes de la pandemia, casi la mitad de los menores de 25 años estaban en paro y, muchos de ellos, realizaba labores de voluntariado. Pero no solo a quienes les sobran horas en el día son solidarios. Otros muchos jóvenes, que estudian, trabajan o ambas cosas, sacan tiempo de donde sea para colaborar en protectoras, acompañar a personas mayores o limpiar de plásticos las playas españolas. Da igual cuál sea el motivo que les impulsa a ser mejores personas. Lo importante es que lo son. La Unión Europea ha querido potenciar esta faceta y brinda la posibilidad a los jóvenes que tengan entre 18 y 30 años de que desarrollen esta labor altruista aprendiendo un idioma en otro país.
Voluntarios con los gastos pagados
La estancia puede durar hasta un año y el voluntario no corre con ningún tipo de gasto: el alojamiento y el desplazamiento corren a cuenta del proyecto de la UE. Más aún, el Cuerpo Europeo de Solidaridad les otorga una cantidad, el llamado dinero de bolsillo, que en España ronda los 150 euros mensuales y también otros 180 euros de apoyo individual. Es decir, 330 euros al mes, comida, vivienda, curso de idiomas, seguro médico y sin gastos de desplazamiento. Según el país de destino, el dinero de bolsillo varía. Alemania y Bélgica son los países con un nivel de vida más elevado y eso se traduce también en una cantidad mayor de dinero para los voluntarios. Sin duda, los jóvenes de fin del siglo XX no tenían esas oportunidades.
Además, aunque es un proyecto financiado por la UE no solo pueden participar en el Cuerpo Europeo de Solidaridad jóvenes de los países miembros. También lo pueden solicitar personas de otros lugares de Europa o incluso de parte de Asia y del Norte de África, como Marruecos o, incluso, Egipto. De la misma forma, la juventud europea pueda viajar a estas zonas para realizar el voluntariado.
España, la preferida de Europa
Pese al amplio número de países entre los que se pueden escoger, España va a la cabeza. Jóvenes de todo el mundo eligen nuestro país como primera opción para realizar el voluntariado del Cuerpo Europeo de Solidaridad. Alemania, Francia, Reino Unido e Italia le siguen en la lista de los top five.
Y no sólo eso, cuando terminan su labor, hacen todo lo posible para quedarse a vivir o seguir estudiando: “Un alto porcentaje de los participantes del Cuerpo Europeo de Solidaridad que gestiona IDEA se queda a vivir en Alzira tras acabar el voluntariado", señala Adrián Navalón, gestor proyectos europeos en la oficina IDEA del Ayuntamiento de Alzira. Y no es de extrañar. Cuando conocen la forma de vida de nuestro país muchos no quieren volver. Navalón, quien ha participado en el programa de Plaza Radio `Hablamos de Europa´, recuerda con especial cariño el caso de una voluntaria originaria de Alejandría que lloraba al pensar que tenía que volver a Egipto. “Pese a venir de una ciudad cosmopolita, cuando llegó a Alzira su forma de ver el mundo cambió. Cuando se acercaba el momento de regresar a su país nos pidió a IDEA que le ayudáramos a encontrar una forma de quedarse y poder seguir estudiando y trabajando ” . Y así fue. Hoy en día continúa sus estudios de literatura hispánica desde el país en que los escritores que estudia dieron vida a sus obras.
Y no solo ella ha optado por quedarse contra viento y marea. En el momento en que estalló la pandemia los jóvenes del Cuerpo Europeo de Solidaridad en Alzira ni se plantearon regresar a su lugar de origen. Todos quisieron quedarse.
"Quería encontrarme a mí mismo"
Pero también ocurre al contrario. Jóvenes españoles voluntarios deciden quedarse en el lugar de destino. Tal es el caso de Santiago Boscá, un estudiante de arquitectura de 23 años que intervino por teléfono en `Hablamos de Europa´ para contar su experiencia. “Necesitaba encontrarme a mí mismo”, explica Santi. Con este propósito se presentó en IDEA y se inscribió en el Cuerpo Europeo de Seguridad. Dejó la carrera y emprendió una aventura que le ha salido redonda. Se fue a Slaný, un pequeño pueblo de la República Checa y ha encontrado trabajo, novia y, lo más importe, se ha encontrado a sí mismo.
Ayudando a los demás, se ha ayudado a sí mismo. Ha aparcado los estudios de arquitectura porque no le hacían feliz y ha descubierto que la enseñanza es lo que más le gusta hacer en su vida. Aunque algún día quiere volver a Valencia, su objetivo ahora es seguir aprendiendo, echar una mano a los demás y ganar experiencia y dominio del idioma. Hace año y medio que cogió un avión rumbo a Praga con un nivel de inglés muy básico y ahora es prácticamente bilingüe. El destino preferido por los españoles son los países nórdicos, Alemania y, hasta el Brexit, el Reino Unido.
El Cuerpo Europeo de Solidaridad se creó en 2016 cuando el anterior presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, anunció la creación de un proyecto que diera a los jóvenes la oportunidad de participar en una amplia gama de actividades solidarias en toda la Unión.
El único requisito es tener entre 18 y 30 años y residir en alguno de los países asociados a este proyecto. Aunque se recomienda tener conocimientos del idioma del país de destino, no es requisito indispensable.
Desde entonces, más 200000 jóvenes han firmado su adhesión a ese Cuerpo, una iniciativa que ha cambiado la vida de muchas personas. Alzira ha recibido un 109 voluntarios europeos y los fondos gestionados asciende a 834.935€. La iniciativa es una de las más solicitadas y muchas personas se quedan todos los años en lista de espera.
El gestor de proyectos europeos de Alzira, anima a los jóvenes a que vivan esta experiencia solidaria única. Para ello solo se tiene que acceder a la Web del Cuerpo Europeo de Solidaridad e incribirse https://europa.eu/youth/solidarity_es
Adrián Navalón insiste en que se pongan en contacto con las oficinas de IDEA en Alzira donde les aconsejarán y guiarán en esta experiencia.
Si bien la mayoría de las actividades financiadas brindan la oportunidad de realizar actividades de voluntariado los jóvenes también pueden beneficiarse de períodos de prácticas y de empleo. Además, los propios jóvenes pueden poner en marcha proyectos de solidaridad en los que inicien, desarrollen y gestionen actividades que contribuyan a realizar un cambio positivo en sus comunidades, al tiempo que viven en el extranjero y adquieren valiosas capacidades.
La inclusión es uno de los temas más comunes que abordan los proyectos de este Cuerpo, pero no el único. Otros temas son el trabajo juvenil, el cambio climático, el desarrollo comunitario, la ciudadanía, la educación o la cultura. Se espera que en los próximos años se creen decenas de miles de oportunidades más en estos ámbitos. Por otro lado, una de cada tres oportunidades financiadas por el Cuerpo Europeo de Solidaridad está reservada a jóvenes con menos oportunidades que afrontan obstáculos como discapacidades, problemas de aprendizaje u obstáculos económicos, sociales o geográficos.