VALÈNCIA.
Los telares tradicionales son los precursores de los primeros ordenadores que funcionaban con cartones perforados. "Y, si gracias a los telares nacieron los primeros ordenares, ahora son los ordenadores quienes rescatan el patrimonio y la historia europea tejida en seda", explica Cristina Portalés, una de las dos investigadoras que han hecho realidad el proyecto SILKNOW. Portalés, investigadora del Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia, y Ester Alba, Vicerrectora de Cultura y Deporte de la Universidad de Valencia, han resaltado en el programa de la 99.9 Plaza Radio, Hablamos de Europa, la importancia de la seda tradicional valenciana a lo largo de los siglos y el peligro inminente de su extinción..
"Conforme los tejedores se jubilan o mueren ya no hay nadie que tome el relevo", se lamenta Ester Alba. En toda España solo quedan dos en Moncada y, en pocos años, se jubilarán sin nadie que ocupe su lugar. No hay formación reglada ni se están poniendo los medios para evitarlo.
De vestir a reyes a paracaídas
La seda es uno de los materiales para confeccionar tejidos más resistentes que existen. Hasta tal punto que, durante la Guerra Civil, se utilizaba en los paracaídas. A s vez, ha sido utilizado para vestir a reyes o decorar palacios, debido a su gran belleza y elegancia. Además, es sostenible y ya no es necesaria la muerte del animal para obtenerla. Y, por si fueran pocas sus cualidades, además es uno de los materiales que aíslan mejor de la humedad: autóctona, sostenible y resistente pero no lo suficientemente valorada...hasta que desaparezca. Porque ya se sabe que no voloramos algo hasta que lo perdemos.
De SILKNOW destaca una interesante simbiosis, combinación de historia del arte y tecnologías avanzadas, que ha servido para recuperar no solo parte de la historia europea tejida en seda sino también técnicas muy antiguas que, de no ser por este trabajo, caerían en el olvido.
El resultado principal , coordinado a nivel europeo por la Universidad de Valencia, es la consolidación de un repositorio digital denominado ADASILK -que da acceso a 40.000 entradas sobre elementos relacionados con la seda-, además de un telar virtual repleto de curiosidades.
El proyecto, que cuenta con un presupuesto de dos millones y medio y quedó el primero entre los 166 que se presentaron en Bruselas, nació de la importancia que tiene el patrimonio de la seda para Europa como espacio de intercambio cultural, lingüístico y económico.
El consorcio está formado por nueve socios entre los que se encuentra el Instituto Cervantes junto a otras industrias creativas, pymes, universidades, centros de investigación y museos. El partenariado incluye a seis países: Alemania, Eslovenia, España, Francia, Italia y Polonia.