Las calles, edificios e incluso el cielo de Valencia se convertirá en el la ciudad-laboratorio más grande de España y, posiblemente, también de los de Europa. Hasta ahora solo se acotan zonas para poder probar proyectos de innovación para determinadas áreas. Es decir, inventos que necesitan testarse en lugares reales y en las mismas condiciones para las que están concebidos. Sin embargo, este hecho que parece fácil en un principio, es complicadísimo por la cantidad de gestiones, burocracia y autorizaciones que se deben conseguir por parte de diferentes administraciones. Por ejemplo, ¿cómo se puede probar una tecnología en materia de seguridad o telecomunicaciones que necesiten reunir a 500.000 personas en un espacio acotado? La empresa solo tendría que solicitarlo al Ayuntamiento, a través de una ventanilla única, y en mes y medio contestaría. Si se dan las condiciones de seguridad, el proyecto es viable y se cumplen una serie de requisitos, como contratar un seguro, el consistorio aprobaría probar esta tecnología en concentraciones para ver una mascletà, la Crida u otros eventos.
El Ayuntamiento de Valencia se ha propuesto que la ciudad se convierta en un referente mundial de de innovación y de conocimiento, hecho que ya se está consiguiendo en la zona de la Marina y el Puerto.
Para evitar la fuga de cerebros y atraer a empresas que desarrollan innovación Valencia eliminará trámites y agilizará otros gracias a la aprobación de a través de la Ordenanza reguladora del sandbox urbano de la ciudad de Valencia.
Un sandbox es un entorno de pruebas cerrado y seguro donde se pueden ensayar innovaciones tecnológicas de forma controlada antes de ser comercializadas e implantadas. El Ayuntamiento trabaja en un nuevo marco regulatorio para estos espacios, con el objetivo de permitir a las empresas, startups e instituciones académicas testar sus inventos en la ciudad en un lugar adecuado y con una burocracia más ágil. Durante dos meses, empresas, instituciones y personas han aportado opiniones para enriquecer la futura norma. La iniciativa para desarrollarla se aprobó por unanimidad por el pleno del Ayuntamiento de Valencia y cuando finalmente se apruebe la ordenanza, se volverá a consultar con la ciudadanía para que puedan aportar otras sugerencias.
La iniciativa se enmarca dentro del modelo de Missions València 2030 y de la Estrategia Urbana València 2030. Ambos documentos contemplan, entre otras acciones, ofrecer al ecosistema emprendedor de la ciudad espacios, instrumentos y agentes que faciliten experimentar con innovaciones orientadas al desarrollo económico, social y medioambiental de la ciudad, así como a la mejora de los servicios públicos.
La práctica evidencia que solo una cantidad reducida de los proyectos de innovación son capaces de hacer el salto entre las fases de concepto y desarrollo y conseguir un producto o servicio al alcance de la ciudadanía y el mercado, a pesar de reunir los requisitos para lograr el éxito. Uno de los motivos que lo explican es la falta de espacios y procesos ágiles para experimentar, demostrar y validar los prototipos.
Por otro lado, se han detectado experiencias mentorizadas y acompañadas desde el Ayuntamiento o su sector público local, que han llegado a la fase comercial, pero se ha perdido la oportunidad de retenerlas por la ausencia de lugares donde testar los modelos.
Previamente a la puesta en funcionamiento de estos bancos de pruebas, la corporación trabaja en la regulación del marco normativo en el ámbito local a través de la Ordenanza reguladora del sandbox urbano de la ciudad de Valencia.