El fenómeno de enamorarse, común desde la adolescencia, se asemeja a una especie de alucinación emocional caracterizada por alegría, felicidad, palpitaciones y nerviosismo. El enamoramiento es una alteración emocional provocada por una fuerte atracción hacia otra persona, y este estado puede durar entre seis meses y dos años.
El proceso está influenciado por la disposición a enamorarse, ya que el miedo y las experiencias pasadas pueden crear barreras emocionales. El cerebro juega un papel crucial en el enamoramiento, con hormonas como la oxitocina y la dopamina actuando para generar sentimientos de placer y euforia.
Además, el tipo de persona por la que nos sentimos atraídos depende de un prototipo ideal que todos tenemos en mente, influenciado por nuestras creencias y experiencias. Las diferencias en cómo hombres y mujeres viven y manifiestan el amor también son destacadas, subrayando que estas disparidades pueden generar conflictos en las primeras etapas de una relación.
Para que una relación perdure son esenciales la pasión, la intimidad, la comunicación y mantener buenos hábitos que fortalezcan la relación. Los cambios individuales pueden afectar la compatibilidad, pero con voluntad y esfuerzo, es posible mantener la unión.
Es más fácil enamorarse que desenamorarse, ya que desenamorarse implica enfrentar cambios y decisiones difíciles.
Desenamorarse puede ser un sentimiento aterrador porque es darse cuenta de que no sientes lo mismo que antes por esa persona. Una mezcla de sentimientos, culpabilidad y decepción entre otros, muchas preguntas y a veces pocas respuestas.
Hablamos de todo ello con la psicóloga, Lidia Alvarado.