A finales del siglo pasado, participé en una tertulia mensual sobre el Valencia Club de Fútbol, un evento que reunía a aficionados históricos del equipo. Gracias a su posición en el mundo de la prensa, las peñas de animación o la vida social de la ciudad, estos aficionados tenían una cierta influencia en la opinión pública y en el entorno del club. Nos reuníamos un lunes al mes en el reservado del restaurante Kaimos, donde intentábamos solucionar los problemas del club que tanto amábamos. Además de eso, practicábamos una crítica sana sobre los acontecimientos del momento, y había mucho que discutir.
Éramos un grupo variable de entre 8 y 12 personas, unidos por la defensa del Valencia desde una perspectiva más racional que pasional. Además del fútbol, amábamos la literatura, el arte y el cine. Aunque nuestras discusiones rara vez influían directamente en el curso del club, nos gustaba pensar que sí, especialmente porque entre nuestros contertulios se encontraban varios periodistas deportivos destacados de Valencia.
Después de la cena, algunos de nosotros continuábamos la tertulia por los bares del barrio del Carmen, que permanecían abiertos en días laborables. En una de esas noches, tras arreglar el mundo valencianista y escuchar las apasionadas soflamas del añorado Álvaro Oyarbide, quedamos solo Rafa Lahuerta y yo, sentados en una de las mesas del Café Negrito. Mientras apurábamos nuestras últimas copas, se nos unió un conocido común, el propietario de uno de los bares de la zona. Este hombre, en evidente estado de embriaguez, adivinó que hablábamos de fútbol y, suponiendo que era sobre fútbol vintage, soltó con contundencia la frase: "José Cerveró es el mejor defensa que ha tenido el Valencia".
Rafa y yo nos miramos, conteniendo la risa, mientras nuestro improvisado compañero de tertulia comenzaba a elogiar la figura de Cerveró. Le dimos una excusa para marcharnos y lo dejamos solo con su mito, "Cerveró con cola". José Cerveró, a diferencia de su homónimo en el texto original, no era un futbolista ruidoso ni en el campo ni fuera de él. A pesar de compartir vestuario con algunos de los canallas más celebrados de la historia del Valencia, no se recuerdan manifestaciones altisonantes suyas ni escándalos nocturnos. Pero ya que se ha colado por la banda izquierda como hizo durante 10 temporadas en Mestalla, vamos a dedicarle unos minutos.
Cerveró fue el máximo ejemplo del futbolista de club, forjado en la cantera y de largo recorrido en el equipo de sus sueños. Debutó en el Valencia en 1973, en un equipo que intentaba la difícil transición desde los años dorados de comienzos de los 70. Vivió de primera mano los años de opulencia al lado de grandes estrellas como Kempes, Bonhof, y Solsona, y dejó el equipo en 1983 cuando los fantasmas del descenso a Segunda División comenzaban a vislumbrarse.
Cerveró era un lateral izquierdo rocoso y buen defensor, de escasa capacidad goleadora (solo marcó 3 goles en toda su carrera). Sirvió al club con fidelidad y sin rechistar, tanto cuando fue titular como cuando tuvo que chupar banquillo. Fue un personaje discreto, de esos que están pero no se notan, que aportó su granito de arena a la historia del club desde el silencio y el trabajo diario.
En el fondo, nuestro amigo el borracho tenía toda la razón, aunque en su delirio olvidó una reflexión que a veces yo mismo me he hecho. El Valencia ha tenido una extraordinaria capacidad para generar laterales izquierdos, no derechos. Desde Sol, que llegó al Valencia con 15 años, los laterales derechos que han hecho historia en el club han llegado desde otros equipos, mientras que la banda izquierda ha sido ocupada por jugadores como Cerveró, Revert, Giner, Jordi Alba, Bernat y Gayà. En ese sentido, el Valencia es un club de izquierdas.
Quizás nuestro amigo el borracho, que era de izquierdas y de temperamento combativo, olvidó aquella noche dónde tenía la derecha y dónde la izquierda, entre tanto cubata de ron. Pero su punto sobre Cerveró, aunque borroso, resaltaba la verdad sobre la fidelidad y la capacidad de los jugadores de la cantera que han dejado huella en el Valencia Club de Fútbol.