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Mark Dasousa, el mago del pop valenciano que se convirtió en héroe por accidente

  • Foto: RAFA MOLINA

VALÈNCIA. Parece que quien no aparece en la tele no exista. Que se lo digan a Mark Dasousa. El músico y productor de Ondara, nacido como Lorenzo Giner Puchol hace cincuenta años, lleva semanas viviendo en una especie de nube mediática junto a su esposa, la vocalista Mary Bas. Ambos forman el núcleo de Nebulossa, el proyecto musical que ha representado a España en Eurovisión —desconocemos con qué puesto han solventado su participación al escribir estas líneas; quizá sea lo de menos— y cuya actividad ha sido prácticamente monopolizada por RTVE. Sí, los de Zorra. Lo curioso es que prácticamente ningún gran medio se ha molestado en averiguar que Dasousa lleva más de treinta años en el mundo de la música profesional, y en concreto, una década siendo el productor emblemático de toda una generación de músicos valencianos, que se expresan mayoritariamente en valenciano, algunos de ellos llenando grandes recintos. Es su mujer, la vocalista y front woman (y tiene su lógica: la canción es todo un fenómeno), quien se lleva casi todas las atenciones, en gran medida por su reivindicación del talento femenino pasados los cincuenta, hasta el punto de que en algunas de sus primeras entrevistas había quien pensaba que Nebulossa era ella sola. Y él está muy a gusto así. Pero la invisibilidad de su carrera previa también dice mucho (y no precisamente bueno) de la inexistencia de alguna clase de poder valenciano en el ecosistema mediático español. Seguimos pintando entre poco y nada. 

El gran público no sabe que Mark Dasousa ha producido durante los últimos quince años a ZooLa Raíz, La Fúmiga, Smoking Souls, Tesa, Pupil·les, Orxata Sound System, Prozak Soup, Cactus o Pepet i Marieta, entre muchos otros. Es decir, la plana mayor de ese pop valenciano —y mayoritariamente en valenciano— que había visto normalizada su presencia en nuestra sociedad y que se ha empezado a sentir un poco huérfano tras el impasse que algunos de sus proyectos más populares se han concedido. El mismo que, como si se viera abocado a un nuevo cambio de ciclo, afronta el trance de volver a unas trincheras que creía olvidadas: no hay más que ver el cartel de la próxima Feria de Julio del cap i casal, en la que el valenciano ha sido absolutamente desterrado, tanto en lo musical como en lo promocional. No falla: quienes más levantan la voz en su defensa suelen ser quienes lo desprecian y no lo utilizan nunca. Tampoco es de dominio común saber que Dasousa fue cocinero antes que fraile, y que ejerció de teclista y vocalista en bandas como Píldora X (pop psicodélico en plenos años noventa a través de la indie madrileña Subterfuge), Atom o Solar. En las últimas dos décadas, sus Atomic Estudios de Ondara, que regenta junto a la propia María Bas, han sido uno de los principales catalizadores de nuestro pop, en sus múltiples vertientes. La marmita en la que se cocían algunos de nuestros mejores guisos. Un crisol que fundía perspicacia melódica y olfato comercial. La fórmula Dasousa, la misma que ha acabado generando un eficaz hit eurovisivo que no es (ni de lejos) su mejor canción, se revelaba infalible, pero había detrás muchísimo trabajo. Horas y horas de dedicación. De picar mucha piedra. 

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