El "sharenting", práctica de compartir contenido digital de los hijos en redes sociales, ha generado debates sobre los límites de la exposición de menores en Internet y los posibles riesgos asociados. Esta tendencia, que se ha vuelto casi natural entre los padres en la era de las redes sociales, plantea importantes cuestionamientos éticos y prácticos.
En primer lugar, el "sharenting" refleja la normalización de compartir momentos de la vida familiar en línea. Según datos de estudios sobre infancia y tecnología, la mayoría de los padres comparten contenido digital de sus hijos con frecuencia, lo que demuestra la prevalencia de esta práctica en la sociedad actual. Sin embargo, esta costumbre plantea desafíos relacionados con la privacidad y la seguridad de los menores.
Uno de los principales problemas del "sharenting" es la vulneración de la privacidad y la imagen de los niños. Al compartir información personal en línea, los padres exponen a sus hijos a posibles riesgos, como el acoso cibernético o el robo de identidad. Además, los niños no tienen voz ni voto en la divulgación de su información en redes sociales, lo que plantea interrogantes sobre el respeto a sus derechos individuales.
Otro aspecto preocupante del "sharenting" es la creación de una huella digital permanente de los niños desde una edad temprana. Las fotos y videos compartidos en redes sociales pueden tener consecuencias negativas a largo plazo, afectando la reputación y la privacidad de los menores en el futuro. Además, esta exposición en línea puede generar problemas de autoestima y ansiedad en los niños al sentirse constantemente observados y evaluados por otros.
Además de los riesgos individuales, el "sharenting" también plantea desafíos sociales y culturales. La sobreexposición de la vida familiar en redes sociales puede contribuir a la idealización de la maternidad y la paternidad, creando expectativas poco realistas sobre cómo debe ser la vida familiar. Además, esta práctica puede fomentar la comparación y la competencia entre padres, generando presión adicional para compartir contenido en línea.
En respuesta a estos desafíos, algunos padres han optado por limitar o dejar de compartir contenido de sus hijos en redes sociales. Estas decisiones reflejan una mayor conciencia sobre los posibles riesgos asociados con el "sharenting" y un deseo de proteger la privacidad y la seguridad de los niños. Sin embargo, la decisión de dejar de compartir contenido familiar en línea puede ser difícil para algunos padres, especialmente aquellos que han encontrado éxito y reconocimiento en las redes sociales.
El "sharenting" plantea importantes dilemas éticos y prácticos sobre la exposición de menores en Internet. Si bien compartir momentos de la vida familiar puede ser una forma de conectar con otros y construir una comunidad en línea, también conlleva riesgos significativos para la privacidad y la seguridad de los niños. En última instancia, los padres deben tomar decisiones informadas sobre cómo manejar la presencia en línea de sus hijos, priorizando su bienestar y protección.
Abordamos este asunto que Estefanía Jiménez, investigadora de la Universidad del País Vasco y miembro de la red EU Kids Online y Sara Inisterra una influencer que decidió dejar de mostrar a sus hijos en sus redes.