Conseguir empleo después de los 50 años es una tarea completamente factible, aunque en la actualidad sigue siendo un tema delicado para muchas empresas. España, junto con Italia, se encuentra entre los países de la Unión Europea con los índices más altos de desempleo entre los 55 y 69 años, según un estudio publicado por el Centro de Investigación de la Fundación Mapfre. Este estudio busca analizar la situación y las perspectivas de las personas mayores de 50 años en el mercado laboral, revelando una realidad preocupante: el talento senior es un recurso valioso que las empresas y la sociedad deben aprovechar más.
La investigación muestra que los trabajadores mayores de 55 años poseen una buena formación, experiencia, y están en condiciones físicas y mentales óptimas para seguir contribuyendo a la economía. No aprovechar este talento es un error, especialmente en un contexto donde la tasa de natalidad disminuye y la necesidad de mantener un modelo económico activo es crucial. Este segmento de la población ofrece una serie de competencias y habilidades que pueden ser de gran valor para las organizaciones. La experiencia acumulada, la capacidad para resolver problemas y manejar situaciones de crisis, y la habilidad para coordinar equipos son solo algunas de las fortalezas que caracterizan a estos trabajadores.
Uno de los retos principales que enfrentan los trabajadores seniors es la actualización de sus conocimientos, especialmente en el uso de nuevas tecnologías. Sin embargo, esta limitación puede ser superada mediante formación continua. La vida laboral ya no se limita a estudiar hasta los 25 años y luego trabajar hasta los 60, sino que requiere de un aprendizaje constante a lo largo de toda la carrera profesional. La formación continua es clave para mantener la capacidad de contribución de los trabajadores mayores.
Incorporar a los trabajadores seniors en el mercado laboral no solo beneficia a las empresas, sino que también promueve un entorno más inclusivo y diverso en términos de edad. Equipos intergeneracionales, donde cada generación aporta lo mejor de sí misma, pueden ser más efectivos y productivos. Los jóvenes pueden aportar energía y destrezas tecnológicas, mientras que los seniors pueden ofrecer su vasta experiencia y conocimiento.
Contrariamente a lo que se podría pensar, la presencia de trabajadores mayores no perjudica a los jóvenes. De hecho, los emprendedores mayores de 55 años en España son los que más empleos generan dentro del conjunto de emprendedores, lo que indica que no solo no quitan empleo a los jóvenes, sino que crean nuevas oportunidades laborales.
De cara al futuro, el talento senior enfrenta retos y expectativas que incluyen la formación continua y la adaptación al cambio. La capacitación constante en nuevas tecnologías y procesos de trabajo, junto con una actitud positiva y flexible hacia el aprendizaje y el trabajo, son esenciales. Mantener una mentalidad abierta y dispuesta a seguir aprendiendo es fundamental para los trabajadores mayores que desean seguir siendo competitivos en el mercado laboral.