La destrucción de la presa de Nova Kajovka, con independencia de su autoría, es un acto de guerra, quizás el de mayor envergadura después de la invasión, altamente significativo para la evolución de la contienda, y de largas y duras consecuencias.
Aunque todavía no hay suficientes datos ni pruebas materiales que corroboren las sospechas sobre la autoría. Rusia y Ucrania se han acusado mutuamente de la demolición de la presa.
Las consecuencias en el entorno aún no se pueden evaluar con precisión, pero se calcula que las inundaciones podrían afectar a más de 40.000 personas.
Es difícil saber cuando finalizará el conflicto, los expertos apuntan a que puede llevar años. El último acto de guerra, la rotura de la presa de Kajovka supone una crisis además de humanitaria, medioambiental, y que también se alargará en el tiempo. Ahora el trabajo se centra en evaluar los daños y a partir de ahí comenzar a actuar.
Hablamos con Juan Rodríguez Garat, Almirante de la Flota retirado y Julio Barea, Responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.
Dirección: Rafa Lupión | Redacción: Lucía Nadal | Producción: Nacho Guerrero
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